Arquitectura para Medicina Nuclear en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz
El avance de la investigación y la tecnología ha permitido desarrollar, especialmente en el último siglo, terapias y tratamientos innovadores que han propiciado una evolución nunca antes vista en el ámbito de la medicina. Una de las especialidades que se está convirtiendo en imprescindible, tanto para el diagnóstico como para el tratamiento de diferentes enfermedades, es la Medicina Nuclear, una disciplina que utiliza pequeñas cantidades de materiales radiactivos llamados radiosondas que generalmente se inyectan en el torrente sanguíneo, se inhalan o se tragan. La medicina nuclear proporciona información única que generalmente no se puede obtener utilizando otros procedimientos de toma de imágenes, y ofrece la posibilidad de identificar y tratar enfermedades, en ocasiones, de forma menos invasiva que con otros procedimientos. En ENERO Arquitectura estamos especialmente involucrados con esta especialidad, habiendo realizado dos importantes proyectos en este ámbito: el Primer Centro de Protonterápia de España y el área de medicina nuclear del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, integrado dentro del marco del plan director de remodelación integral del centro desarrollado por nuestro estudio y en marcha desde 2009.
Arquitectura para medicina nuclear
Área de medina nuclear del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz
En el caso del nuevo área de medicina nuclear del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, uno de los mayores retos a los que tuvimos que hacer frente fue la adaptación y refuerzo de la estructura de un edificio de los años 50 a las necesidades de una zona que, por su funcionalidad, debía estar completamente aislada con revestimiento plomizo y, además, integrar 3 equipos electromédicos de última tecnología que requerían de un sistema de instalación milimétrico y altamente complejo. Esta zona cuenta en total con 560m2 en los que se incluyen tanto los espacios propios de la unidad como los espacios de circulación de pacientes. El proyecto se compone de dos zonas globales:
La zona “fría”: Formada por las áreas de espera generales, admisión de pacientes, salas de trabajo y de preparación de informes para los facultativos, y un despacho/consulta para el jefe de servicio.
La zona “caliente”: Que comprende los espacios de diagnóstico (sala PET-TC, SPECT-TC y salas de control); las zonas de espera de pacientes antes de las pruebas, compuestas por 5 boxes y 4 cabinas de vestuario; una sala de espera con aseos y la sala de preparación de dosis denominada “Gammateca”, con espacio propio de preparación de pacientes.
En relación a los circuitos de instalaciones del proyecto, para mejorar el confort térmico de las salas de examen se emplearon sistemas de distribución de aire por desplazamiento, es decir, el aire se inyecta a baja velocidad hasta el nivel de suelo en la zona no ocupada de la sala. Las fuentes de calor de la sala calientan el aire que asciende por diferencia de densidad hasta el nivel de techo donde es recogido por el retorno al lado contrario. En el laboratorio de Gamma cámara, se realizó una toma desde el climatizador de aire primario de la zona, haciéndolo pasar por una unidad de ventilación, con presión disponible para vencer la pérdida de carga de los filtros HEPA del laboratorio. La ventilación se potencia para cumplir con el ISO de la zona utilizando una tasa de renovaciones hora muy elevadas. La presión diferencial en la Gammateca y su Esclusa se controla mediante un extractor independiente, equipado con un filtro de carbón activo mediante caudal variable.
¿Qué aspectos se consideraron para diseñar la arquitectura para medicina nuclear?
En primer lugar, el forjado existente no tenía resistencia para los pesos de los equipos y protecciones radiológicas de plomo y no era posible reforzarlo por debajo (donde se encuentra el área de esterilización general del hospital), por lo que se adoptó la solución de hacer uno nuevo por encima, pero separado por dilataciones, que resistiesen las cargas planteadas. Además, la integración de los equipos requirió una precisión milimétrica en la obra para encajar en una altura muy reducida de origen a las nuevas piezas.
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