`Las llamo minutas médicas``, señaló el doctor Richard Katz, del hospital de la Universidad George Washington.

Katz está estudiando si diabéticos de bajos recursos que viven en el centro de la ciudad, un grupo especialmente difícil de tratar, controlan mejor su nivel de azúcar en la sangre al monitorear su enfermedad usando celulares con conexión a internet. Los teléfonos ofrecen planes mensuales más económicos siempre y cuando los pacientes cumplan con el tratamiento de forma regular.

Tyrone Harvey, de 43 años, a quien le diagnosticaron diabetes hace siete, está usando un programa que le permite llevar su historia médica en internet, a la que accede por medio de su celular para registrar sus niveles diarios de azúcar.

Si registra niveles muy altos o muy bajos, Harvey recibe un mensaje de texto de forma automática en el que se le dice lo que debe hacer. Durante sus exámenes médicos, los doctores usarán ese registro digital para tomar decisiones sobre su tratamiento.
Con mensajes de texto e interacciones digitales más personalizadas, científicos en Estados Unidos están tratando de aprovechar los celulares para combatir enfermedades crónicas
Kats y otros investigadores están realizando pruebas científicas para determinar si programas celulares más personalizados pueden servir para combinar el tratamiento que los pacientes deben seguir por sí mismos y los esfuerzos de los doctores para lidiar con la enfermedad, a fin de mejorar la salud de los usuarios.

``Los teléfonos celulares proveen una oportunidad para recibir la información que necesitan cuando la necesitan``, señaló Charlene Quinn, una profesora asistente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, quien también está experimentando con un sistema de tratamiento de la diabetes con celulares.

Aunque no se sabe si los pacientes siguen usando los sistemas de salud tecnológicos una vez que pasa el entusiasmo inicial, hay evidencia a corto plazo de un seguimiento más estricto del tratamiento y medidas más personalizadas a las necesidades del paciente. ``Qué sistemas funcionan mejor con los pacientes es algo que está aún por descubrirse``, dijo Katz. ``De lo contrario, será un juguete simpático al principio, pero luego se olvidarán de él``.