Los hospitales sólo sacan provecho del 21% de sus datos: la Inteligencia Artificial puede incrementar este ratio a cerca del 100%
Hace unos años se acuñó la expresión “Data is the new oil” (Los datos son el nuevo petróleo). La hemos leído en revistas especializadas como The Economist, y la hemos oído en televisión en programas como El Gran Hackeo (el documental sobre el escándalo de Cambridge Analítica).
La comparación no podría ser más acertada: es un activo del que conocemos la existencia hace mucho tiempo; en crudo tiene un valor limitado; y requiere de trabajadores cualificados y tecnologías sofisticadas para extraer todo su potencial.
Las tecnologías Big Data nos han permitido extraer, transformar y almacenar gran cantidad de información; pero continuando con el símil, el hecho de construir un impresionante oleoducto de crudo (datos desestructurados) no sirve para cargar de gasolina un coche (datos estructurados).
Según diferentes estimaciones, dentro del global de la industria tecnológica, la cantidad de datos estructurados no pasa del 21%. Cuesta pensar que en el sector de la salud sea mayor este porcentaje.
En ASHO nos dedicamos a la codificación clínica desde hace casi tres décadas, hemos extraído manualmente información útil de un sinfín de fuentes desestructuradas, y con ese conocimiento nos hemos preparado para extraer información de forma masiva con Inteligencia Artificial (IA).
Una de las primeras aplicaciones de la IA, y que más utilidad puede tener en los hospitales más longevos u otros en entornos menos desarrollados, es ayudar a la digitalización de sus archivos. En muchos casos, cuestiones como trazar el histórico de enfermedades tratadas por un hospital, puede resultar en un gran dolor de cabeza si no se cuentan con estas bases de datos estructuradas para reducir esfuerzos, tiempos y costes.
Cabe resaltar, además, que la digitalización es un paso previo para desarrollar herramientas más complejas, pero el poder de la IA es tan grande que incluso puede ayudarnos en esta necesaria etapa, con aplicaciones como el reconocimiento de escritura manual.
La Inteligencia Artificial aplicada en textos
Una vez pasada la etapa de digitalización, la IA puede usarse para estructurar datos en textos. La IA aplicada a textos se denomina Natural Language Process (Procesamiento del Lenguaje Natural), y es el área que más puede ayudar a los hospitales y centros de salud a mejorar su gestión.
Contando con la NLP, los hospitales pueden extraer información de los registros electrónicos sin tener que perder su “legacy” cuando surgen nuevas necesidades.
Esto añade una flexibilidad muy grande a los equipos de IT, que no tienen que pensar en hipotéticas estructuras complejas de mantener para sus bases de datos, y centrarse en las necesidades más inmediatas.
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