Cuando pensamos en instalaciones críticas, los hospitales encabezan la lista. Esto se debe a que los servicios sanitarios deben estar disponibles las 24 horas del día. Cualquier acontecimiento que interrumpa la disponibilidad puede afectar a comunidades enteras, poniendo incluso vidas en peligro, y la pandemia lo ha ilustrado claramente.

La fiabilidad de los servicios sanitarios depende de la resiliencia de las infraestructuras de las instalaciones.

¿Por qué es importante la resiliencia?

Un estudio reciente realizado en 33 hospitales de 10 países reveló que "la falta de fiabilidad de la energía es la causa más común de fallo de los equipos médicos". ¿Qué pasa si un problema eléctrico provoca un apagón completo?

Además de afectar a la atención de los pacientes, los hospitales se enfrentan a enormes pérdidas económicas. Por ejemplo, un solo corte de 8 horas en un hospital de 200 camas puede costar 1 millón de dólares. El suministro de energía eléctrica no es el único factor de riesgo que puede afectar a la continuidad de los servicios sanitarios.

Seis pasos para una asistencia sanitaria resiliente

Este artículo subraya el papel que desempeñan los sistemas de gestión de edificios y de energía habilitados por el IoT en la consecución de la resiliencia y los seis pasos que puede seguir para garantizar que su infraestructura sanitaria resista, se recupere y se adapte a las amenazas.

1. Garantizar la disponibilidad de energía

Los problemas de energía eléctrica, incluida la mala calidad de esta, pueden interrumpir los procedimientos quirúrgicos y la atención al paciente. Condiciones invisibles como los armónicos y las fluctuaciones de tensión pueden provocar fallos de funcionamiento que amenazan la seguridad del paciente y acortan la vida útil de equipos médicos sensibles.

Desgraciadamente, muchos centros sanitarios sólo detectan estos problemas después de que se produzca el incidente, pero no tiene por qué ser así. Los avances tecnológicos y la digitalización permiten a los sistemas sanitarios adoptar un enfoque proactivo respecto a la disponibilidad de energía.

Las innovaciones en los softwares de gestión de la calidad de la energía, el mantenimiento basado en la condición y las soluciones de microrredes permiten a los sistemas sanitarios prepararse y prevenir los problemas de calidad de la energía antes de que se produzcan daños en los equipos o tiempos de inactividad.

Estas tecnologías se combinan para ayudar a los equipos de las instalaciones a encontrar, priorizar, aislar y responder a los problemas antes de que se produzcan, evitando que se produzcan peligrosos tiempos de inactividad y costosos daños en los equipos.

2. Eleve sus ciberdefensas

A nivel mundial, el 75% de las organizaciones sanitarias han sufrido ciberataques y, por desgracia, la tendencia va en aumento. Una sola brecha puede costar millones y llevar la mayor parte de un año para recuperarse por completo.

Aunque la digitalización mejora muchos aspectos de la asistencia sanitaria, también conlleva un mayor riesgo de ciberataques. Los datos de los pacientes y los equipos operativos son demasiado importantes para dejarlos expuestos a las amenazas.

La tecnología operativa debe ser cibersegura por diseño, y la capa de red en la que se comunican los dispositivos también debe estar protegida. A la hora de implantar una nueva tecnología integrada de gestión de la energía y de los edificios, debe buscar proveedores de soluciones que ofrezcan servicios de ciberseguridad de principio a fin, desde el asesoramiento hasta el diseño, la implantación, el mantenimiento y la formación.

3. Aprovechar los servicios a distancia

Los hospitales confían cada vez más en las operaciones remotas para aumentar la resistencia de las instalaciones. Las operaciones remotas conectan a expertos externos y especializados con datos de alta calidad de las instalaciones para ayudar a predecir, anticipar y prevenir fallos en los sistemas de gestión de edificios.

Con el apoyo de los expertos externos, los equipos de las instalaciones in situ pueden dar prioridad al mantenimiento basado en la condición sobre el rutinario y adaptarse más rápidamente cuando se enfrentan a una circunstancia sin precedentes, como una pandemia o un desastre natural.

Con una tasa de reparación remota de entre el 80% y el 90%, los servicios remotos pueden identificar y resolver la mayoría de los problemas antes de que el equipo de las instalaciones sepa siquiera que existen. ¿El resultado? Un mayor tiempo de actividad, una mayor longevidad de los activos, una mayor seguridad y utilización del personal y, lo que es más importante, la prestación ininterrumpida de servicios sanitarios críticos.