Centro de Atención Integral para niños autistas
En el escenario actual –globalizado, tecnológico y liberalizado- cohabitan distintos puntos de vista a la hora de enfrentarse a un problema arquitectónico. Estos puntos de vista surgen de multitud de factores, variables, preferencias i aproximaciones a las cuestiones intrínsecamente arquitectónicas. Se puede partir de la visión artística, la idea de tipo, el avance tecnológico, la expresión de la forma, las posibilidades que otorgan los materiales, etc. En la coexistencia de estas preocupaciones consideramos que hay una arista que día a día tiene menos resonancia: el habitante. El habitante recobra su importancia en este Proyecto de Título, se convierte en la motivación central para afrontar el eterno problema arquitectónico.
La Arquitectura tiene esa gran posibilidad de encarnar "modos de vida" del hombre. Significa que la forma arquitectónica a menudo se corresponde a ciertos modos de vida. Esta correspondencia entre el modo y la forma muchas veces no ha sido desarrollada. Este Proyecto de Título parte de la búsqueda de una Arquitectura cuya inspiración nazca del modo específico del hombre. Fernández-Galiano es muy claro al plantear la inquietud fundamental que ordena el proceso que sigue este proyecto: el habitante y sus modos de relacionarse con el espacio, y como el arquitecto debe dar respuesta a estos modos. La multiplicidad de modos específicos presentes en nuestra realidad actual –genero, geográfico, etéreo, aspiraciones, costumbres- nos hace buscar situaciones arquitectónicas contingentes. El objetivo es escudriñar modos de vida no abordados, aún inalcanzados por la arquitectura, modos en los cuales la Arquitectura, de alguna manera, está en deuda. Modos que no han sido encarnados arquitectónicamente.
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