El Nuevo Hospital Público de Collado Villalba se erige en un entorno natural y protegido en la Sierra Norte de Madrid. El entorno natural tiene tal valor que se decide hacer un edificio de bajo impacto, así como introducir los valores del paisaje dentro del mismo.

El edificio asistirá a 110.000 habitantes, con 140 habitaciones, 87 consultas y 9 quirófanos. Tiene una superficie de 69.066, 30 m2.

Concepto General

La primera idea fue la de apropiarse de los valores del entorno, no solo mediante la integración en el mismo, sino también relacionándolo con los pacientes y usuarios. Esto se hizo posible gracias a :

1. Prácticas arquitectónicas saludables: generar espacios para la relación social, uso de elementos naturales, aprovechamiento de la luz natural y tratamientos de color.

2. Estrategias de integración en el paisaje: respeto del ecosistema previo, reciclaje de materiales procedentes del movimiento de tierras, uso de una escala apropiada y reforestación de especies autóctonas.

3. Uso de energías renovables: sistemas de refrigeración pasiva, cogeneración, vidrio bajo emisivo, iluminación artificial inteligente.

4. Funcionalidad: reducción de los tiempos de desplazamiento, separación de circulaciones público-privadas, clara organización del espacio y empleo de tecnologías eficientes.

Concepto arquitectónico

Lo primero que encontramos en la parcela fue una sólida roca de granito a menos de 1 metro bajo tierra. Queríamos que el edificio se construyese sobre la misma idea: un paisaje topográfico con un edificio bajo el mismo, modelado en la roca.

Establecimos la regla de mantener lo que encontrábamos. Una vez analizado el entorno cercano, buscando materiales orgánicos e inorgánicos, establecimos unas proporciones entre los mismos y las mantuvimos a lo largo del proyecto.

Empleamos un lenguaje directo con el exterior seleccionando fragmentos del paisaje que se incorporan como parte del edificio a los distintos espacios del mismo.

El diálogo entre una piel dura y otra blanda se hizo posible con el uso de materiales basados en la transparencia y ligereza al interior y en la protección y mimesis al exterior. Gracias al uso de mamparas de vidrio como elementos de partición así como de lucernarios conseguimos que más del 86% del espacio esté iluminado con luz natural.

Funcionalidad

En el intento de hacer un edificio asequible e íntimo en el campo, construimos un edificio compacto, con distancias cortas, claras y a una escala humana.

Al interior, el edificio se divide en tres partes dependiendo de la intensidad del tratamiento que el paciente va a recibir. Las áreas de hostelería, admisión y consultas, se sitúan en la entrada. En la parte opuesta las zonas de urgencias y bloque quirúrgico así como hospitalizaciones. Entre medias las áreas de diagnóstico y tratamiento.

El vestíbulo principal, configurado como plaza pública, permite acceder a cualquier parte del edificio a través de un espacio de gran calidad arquitectónica, con vistas, luz natural, refrigeración y ventilación pasivas.

Reciclaje

El uso de materiales de bajo impacto ambiental es determinante en la huella de los edificios. En este edificio el material que más consume es el aluminio reciclado que se sitúa en los 150 MJ/Kg. El resto está por debajo de los 24 MJ/Kg.

Todos los materiales existentes previamente en la parcela son empleados en el edificio: el granito procedente de la excavación, se machacó para reutilizarlo en la fachada y urbanización en gaviones; las tierras movidas se aprovecharon como tierra vegetal en la urbanización; se replantaron más de 2.200 ejemplares de especies autóctonas en cubiertas y urbanización.

Sostenibilidad

Los sistemas de mayor eficiencia energética son aquellos métodos pasivos que nos transforman la energía latente en el entorno. Usamos la luz natural en la práctica totalidad del edificio, enfriamos el vestíbulo principal con aire refrigerado por las láminas de agua exteriores, usamos envolventes como cubiertas aljibe y fachadas ventiladas, recuperamos la energía a través de la cogeneración, se reutiliza agua para el riego, etc.

Todas estas medidas garantizan una ahorro del 30% de los recursos energéticos e hídricos del entorno con respecto a un edificio convencional.

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