La demolición del antiguo Hospital Militar ya tiene la licencia concedida
Licencia concedida. La Junta de Gobierno local aprobó ayer el permiso para derribar la parte del Hospital Militar de la calle Murrieta que no se conserva en el proceso de construcción, en la parcela, del nuevo Palacio de Justicia. La demolición no es inminente porque el Gobierno regional tiene que analizar las más de veinte ofertas que ha recibido para la tarea, pero, destacó ayer el portavoz municipal, Miguel Sáinz, «se van cumpliendo los plazos».
El derribo previsto tiene dos partes diferenciadas. Una de ellas afecta al edificio principal, que es el que se conserva y que, por tanto, solo se desarrolla en su interior para vaciarlo y adaptarlo así a la función de gran vestíbulo y distribuidor a las demás dependencias del Palacio. Y la otra parte tiene que ver con el resto de pabellones y edificaciones que, en este caso sí, se someten a una operación de demolición normalizada, si bien los elementos de interés que se hallen se guardarán por si son útiles en lo que será la fachada principal. «Ningún elemento singular va a ser tocado», insistió el concejal.
Sáinz comentó, además, que en noviembre se contactó con los vecinos de la zona para explicar cómo se encuentra el proyecto y recabar sus opiniones sobre la urbanización del perímetro del Palacio. Del proyecto básico de actuación, que está realizando el arquitecto logroñés Jesús Ulargui, el edil indicó que avanza a buen ritmo y que muchos de sus aspectos han sido ya revisados por los técnicos municipales.
El proceso para contratar la demolición -por cierto, con un presupuesto de 450.000 euros- se inició el noviembre, fecha en la que también el Ayuntamiento llevó a cabo los trámites para adaptar el Plan General municipal a las necesidades del palacio que se va a habilitar y utiliza menos espacio que el que en principio se destinó para que la plaza que queda junto a la calle Santa Justa alcanzará los 6.000 metros cuadrados. El Palacio conservará el edificio principal y, tras él, surgirán otros cuatro edificios terminados en vidrio y que ocuparán la mitad de la parcela. Bajo la nueva plaza, habrá un aparcamiento subterráneo para 350 plazas. Las calles Viveros y Fausto D`Elhuyar tendrán una anchura de 19 metros.
El Gobierno regional está estudiando las más de veinte ofertas que ha recibido para un derribo dotado con 450.000 euros
El derribo previsto tiene dos partes diferenciadas. Una de ellas afecta al edificio principal, que es el que se conserva y que, por tanto, solo se desarrolla en su interior para vaciarlo y adaptarlo así a la función de gran vestíbulo y distribuidor a las demás dependencias del Palacio. Y la otra parte tiene que ver con el resto de pabellones y edificaciones que, en este caso sí, se someten a una operación de demolición normalizada, si bien los elementos de interés que se hallen se guardarán por si son útiles en lo que será la fachada principal. «Ningún elemento singular va a ser tocado», insistió el concejal.
Sáinz comentó, además, que en noviembre se contactó con los vecinos de la zona para explicar cómo se encuentra el proyecto y recabar sus opiniones sobre la urbanización del perímetro del Palacio. Del proyecto básico de actuación, que está realizando el arquitecto logroñés Jesús Ulargui, el edil indicó que avanza a buen ritmo y que muchos de sus aspectos han sido ya revisados por los técnicos municipales.
El proceso para contratar la demolición -por cierto, con un presupuesto de 450.000 euros- se inició el noviembre, fecha en la que también el Ayuntamiento llevó a cabo los trámites para adaptar el Plan General municipal a las necesidades del palacio que se va a habilitar y utiliza menos espacio que el que en principio se destinó para que la plaza que queda junto a la calle Santa Justa alcanzará los 6.000 metros cuadrados. El Palacio conservará el edificio principal y, tras él, surgirán otros cuatro edificios terminados en vidrio y que ocuparán la mitad de la parcela. Bajo la nueva plaza, habrá un aparcamiento subterráneo para 350 plazas. Las calles Viveros y Fausto D`Elhuyar tendrán una anchura de 19 metros.
El Gobierno regional está estudiando las más de veinte ofertas que ha recibido para un derribo dotado con 450.000 euros
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