La fachada ventilada: duradera y económica

Por su estanqueidad, la fachada ventilada asegura una muy buena protección de la estructura soporte del edificio contra la lluvia y las inclemencias del tiempo.

Garantiza un ambiente interior sano, y la cámara de aire permite evacuar rápidamente la humedad o el exceso de calor del edificio.

Contribuye a conservar el buen estado y, por tanto, el valor del edificio a largo plazo.

Por otra parte, evita una reducción de la superficie habitable (con relación a un aislante colocado en el interior).

Control de los costes de construcción: Las soluciones son fáciles de cifrar (colocación, subestructura y cerramiento) y favorecen el control de los plazos de la obra