El diseño universal aplicado al ámbito hospitalario
Este trabajo fue presentado por los arquitectos Camila De Cerchio y Gastón Maximiliano Giménez, en el marco del tercer año de la Residencia de Arquitectura Hospitalaria del Instituto de Cardiología de Corrientes, Argentina.
La bibliografía existente sobre el tema de la accesibilidad es, actualmente, variada y abundante. Sin embargo, al buscar información específica del tema en el ámbito hospitalario, no es fácil encontrar datos que ayuden a tomar decisiones proyectuales.
Con el objetivo de apuntar hacia esa demanda, nos proponemos desarrollar un análisis de la teoría más difundida acerca del tema diseño universal, relacionándola con los espacios públicos, asistenciales y técnicos de un centro hospitalario.
Empezaremos marcando las diferencias que existen entre los conceptos más habituales de la temática; describiremos y analizaremos los siete principios del diseño universal del arquitecto Ron Mace, y cómo aplicarlos en la arquitectura hospitalaria; y, finalmente, veremos cómo implementar Tablas de verificación de instalaciones físicas en el marco del edificio del Instituto de Cardiología de Corrientes Juana Francisca Cabral (Corrientes, Argentina).
Los tipos de barreras u obstáculos a los que debe dar solución el diseño universal, se clasifican en:
- Urbanísticas: las que vemos en el ámbito del espacio urbano público o privado (veredas, calles, plazas, etc.).
- Arquitectónicas: resultado de la construcción de edificios públicos o privados.
- En el transporte: en cualquiera de los elementos que conforman el sistema (paradas, estaciones, vehículos, etc.).
- De comunicación: obstáculos que se presentan en los medios de información.
Comprendiendo la clasificación presentada comprobaremos que, en el itinerario de un paciente, personal de salud y/o visitante de un centro hospitalario, se puede presentar una o varias de estas barreras en distintos niveles de complejidad.
Es deber de la arquitectura dar respuesta a esta problemática, mediante el diseño de espacios, mobiliario, entornos y servicios utilizables por todas las personas sin hacer necesaria la adaptación.
El diseño universal es un concepto elaborado por el arquitecto norteamericano Ron Mace que consiste en la creación de productos y entornos, diseñados de modo que sean utilizables por todas las personas en la mayor medida posible, sin necesidad de adaptaciones o diseño especializado.
El arquitecto plantea siete principios que pueden funcionar como estrategias para los arquitectos o diseñadores a la hora de proyectar de manera universal. A continuación, analizaremos la aplicación de estas directrices en el ámbito hospitalario a través de ejemplos concretos.
1. Igualdad de uso: los medios deben ser iguales para todos los usuarios (idénticos de ser posible, o equivalentes cuando no).
Los hospitales reciben pacientes que pueden presentar dificultades para caminar, o bien desplazarse en sillas de ruedas. Si bien se asume que todo edificio público debe contar con ascensores y rampas, especialmente un centro de salud, es frecuente que la experiencia del usuario disminuya su calidad. Por ejemplo, una rampa con pendiente inadecuada que obliga al paciente a ser acompañado por alguien que empuje la silla, perdiendo su autonomía de desplazamiento. O bien, un ascensor ubicado en un lugar poco visible en el hall principal o no señalizado adecuadamente.
Otro ejemplo es el mostrador para atención al público, que idealmente debería tener dos alturas. Esto asegura que la experiencia del usuario sea la misma para una persona en silla de ruedas o independientemente de su altura.
Fotografía: Mostrador de admisión en Consultorios de Cardiología Infantil – Instituto de Cardiología de Corrientes, Argentina.
2. Uso flexible: Tiene en cuenta preferencias o habilidades individuales. El usuario puede elegir cómo usarlo.
El clásico ejemplo es la cama hospitalaria que permite cambiar su posición según las necesidades del paciente. El diseño se adapta al usuario, y no al revés.
También podemos diseñar la iluminación, colocando luces laterales difusas en la habitación o pasillos de traslado en camilla para que el paciente acostado no sufra deslumbramiento. Si el personal de salud lo requiere, puede encender artefactos cenitales para realizar observaciones o procedimientos.
Fotografía: Pasillo de traslado de pacientes en el Servicio de Recuperación Cardiovascular Pediátrica (Actualmente en construcción) – Instituto de Cardiología de Corrientes, Argentina.
Por otra parte, existen camas quirúrgicas que cambian de posición con solo pulsar un botón, y a las que podemos adicionarle accesorios. Esto es sumamente útil para diseñar un quirófano flexible, donde podamos realizar tanto cirugías de neurología como de traumatología.
3. Uso simple y funcional: Intuitivo y con instrucciones simples.
El hospital debe estar preparado para recibir usuarios de una amplia franja etaria. En ocasiones el uso de tecnología para solicitar un turno, por ejemplo, puede volverse una barrera para un adulto mayor. Como diseñadores debemos procurar que los sistemas sean simples y sencillos de usar de manera autónoma.
Otro ejemplo es el llamador de enfermería en habitaciones o en baños, generalmente en color rojo o verde. Estos deben estar a la vista del paciente y deben ser fáciles de usar bajo efectos de estrés o ansiedad.
Fotografía: Llamador de enfermería en Servicio de Recuperación Cardiovascular Pediátrica – Instituto de Cardiología de Corrientes, Argentina.
4. Información comprensible: Utilizar diversos modos para brindar información esencial.
Los hospitales son edificios amplios y complejos, donde la señalética juega un papel clave en la orientación de los pacientes. No solo debemos asegurarnos de que la información gráfica se presente en más de un idioma, sino que esté acompañada de imágenes, escritura en braille e incluso complementarla con audio. Por ejemplo, los ascensores deben anunciar el piso y los servicios que podemos encontrar en él.
Por otra parte, a la hora de esperar a ser llamados a un consultorio, el número o nombre del paciente debe anunciarse de manera audiovisual, para que la comunicación sea realmente eficaz.
5. Tolerancia al error: Minimiza riesgos de accidentes o acciones involuntarias o inconscientes.
Es frecuente que el personal asistencial trabaje cansado y por inercia cometa errores por omisión. En el caso de los paneles de gases medicinales, las bocas de oxígeno, aire y vacío se diferencian no solo por color, sino también por forma y tamaño de los acopes. Esto asegura que no se coloquen accesorios en un lugar equivocado, ya que son incompatibles morfológicamente.
Fotografía: Panel de gases del Servicio de Unidad de Cuidados Intensivos Coronarios (UCIC) – Instituto de Cardiología de Corrientes, Argentina.
También, los tomacorrientes vinculados a tableros de aislación que no deben utilizarse para otra cosa que no sea equipamiento médico pueden tener otro color o leyenda. Esto previene que pacientes lo utilicen para fines personales, por ejemplo.
Fotografía: Tomacorriente aislado en Servicio de Emergencias – Instituto de Cardiología de Corrientes, Argentina.
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