Arquitectura y salud emocional
La pandemia de la Covid-19 ha evidenciado la fragilidad de nuestras vidas y ha visibilizado las carencias de los espacios que habitamos, la mayoría relacionadas con la iluminación, la ventilación, los espacios exteriores, la falta de espacios flexibles y de socialización entre vecinos. Todos nos hemos dado cuenta de lo importante que es la arquitectura en nuestras vidas, empezando por los lugares que habitamos y continuando por donde trabajamos, donde aprendemos, donde nos cuidamos…
La arquitectura es el Arte de proyectar espacios de vida y como tal necesita de una buena dosis de empatía humana.
En una sociedad post industrializada y acelerada es inevitable plantearse que la arquitectura debe proporcionar espacios que vayan más allá de un simple refugio, deben proporcionar un lugar, una atmósfera y unas cualidades que favorezcan una mejor salud integral de las personas.
En el arte de la arquitectura hay unas características objetivables y otras más subjetivas. Las objetivables serían las que responden a la condición mínima de habitabilidad: la iluminación mínima, la ventilación mínima, el espacio mínimo…que normalmente viene regulada por una normativa municipal, autonómica o estatal, para asegurar un mínimo de confort. Pero siempre hablamos de mínimos, no de máximos.
Las características subjetivas se refieren a la sensación del usuario, a su bienestar, mucho menos cuantificable y más intuitivo, dónde el valor se obtiene a través de la experiencia. Una arquitectura más fenomenológica, de espacios y lugares que estimulen los sentidos.
En el siglo XX, en el campo de la salud, la importancia de la arquitectura ya se experimentó en el Sanatorio tuberculoso en Paimio de Alvar Aalto. En Finlandia, el argumento de los efectos rehabilitadores de la exposición a la luz y al aire favoreció la construcción de instalaciones sanitarias en lugares a menudo alejados de las ciudades y en contacto con la naturaleza.
Sanatorio tuberculoso en Paimio © Fabrice Fouillet
Los finlandeses se comprometieron rápidamente con un programa nacional de construcción pública en el que los hospitales regionales, las residencias para gente mayor, las instalaciones de salud mental y los sanatorios de Tuberculosis ocupaban un lugar destacado. Estos proyectos no solo representaron los elementos básicos del estado del bienestar, sino que consolidaron la identidad nacional.
El Sanatorio de Paimio se encuentra situado a dos horas en coche de Helsinki, dentro de una vasta extensión de bosque. Aalto desarrolló unos edificios con una variedad inusual de espacios comunes, tanto internos como externos, con el objetivo de ofrecer a los pacientes unas interacciones sociales durante el transcurso del que a menudo sería una estancia de años. Como explicaba el mismo arquitecto: “El objetivo principal del edificio era funcionar como instrumento médico”.
Cada detalle del edificio, desde las manijas de las puertas hasta la iluminación y los muebles, fue desarrollado a la medida humana. La ventana era la suficientemente baja para permitir a los pacientes una visión del paisaje circundante mientras estuvieran en la cama.
El Sanatorio de Paimio es mucho más que una respuesta precisa a un conjunto de requisitos funcionales reductores. Privilegiando la experiencia del individuo en su enfoque a cada problema de diseño, Aalto produjo un edificio que sigue irradiando un profundo sentido de empatía humana hoy.
Hace más de dos mil años, el arquitecto Marco Vitrubio definía tres principios básicos de la arquitectura: Firmitas (firmeza), Utilitas (utilidad) y Venustas (belleza), en su Tratado de arquitectura dedicado al emperador César Augusto. Lo que convierte la arquitectura en arte es seguramente la Belleza. La Belleza siempre aporta consuelo e inspiración y es una característica intrínseca de la arquitectura que aporta beneficios emocionales.
Nuestra primera experiencia en el mundo de la salud fue el Centro médico psicopedagógico de Osona en Vic, terminado en 2017. En este proyecto hay tres conceptos que nos han acompañado durante los siguientes proyectos sanitarios: la escala doméstica del edificio, la relación entre espacio interior y el paisaje, y la sostenibilidad.
Centro médico psicopedagógico Osonament (Comas-Pont Arquitectes) © Adrià Goula
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