Fecha: Febrero 2020
Idioma: Castellano
Procedencia: PMMT Arquitectura
Web: ver aquí
Autor: Oriol Gálvez, PMMT Lab Manager

Entendemos el confort como parte inherente del proceso de curación. Una buena solución de diseño tiene un impacto positivo en el estado de ánimo de los pacientes y familiares, e influye de forma directa en el proceso de rehabilitación. En la relación que un hospital mantiene con sus usuarios hay un factor asistencial, que es el central, pero también el factor de la experiencia: todo aquello que le sucede a una persona desde que entra en el centro hasta que sale, más allá del diagnóstico y el tratamiento responde a un papel fundamental dentro de la arquitectura: lo entendemos como un elemento que no cura, pero ayuda a cuidar y, con base a ello, construimos espacios que tienen un impacto positivo en sus usuarios.

No debemos limitarnos al diseño del espacio en sí, sino que tenemos que incidir en todos los elementos que conforman el entorno, tratamiento y el proceso de hospitalización -como lo son también el mobiliario, el equipamiento o los productos sanitarios del centro. Creemos que la manera de afrontar este reto es apostar por la innovación. Ello significa buscar las herramientas que permiten incidir en cualquier aspecto del proyecto, independiente de su escala. Innovamos para mejorar la experiencia del usuario -paciente, acompañante y personal sanitario- y aportar soluciones de valor para los problemas y necesidades que demanda el sector.

La importancia de diseñar espacios hospitalarios confortables se acentúa en los espacios de tratamiento oncológico. Más allá de garantizar todas las prestaciones médicas, la arquitectura debe ayudar a suavizar la dificultad emocional propia de un proceso oncológico que el paciente y sus acompañantes experimentan, situando el componente humano al mismo nivel que el técnico.

Box First Class: integrar la tecnología con amabilidad para el confort del paciente y personal médico
Como respuesta a esta inquietud PMMT diseña el Box First Class, un elemento separador que sirve para acomodar a un paciente y su acompañante durante el tratamiento oncológico o postoperatorio. Con un diseño inspirado en los asientos de avión de primera clase, el box cumple con todas las necesidades del paciente y su acompañante, manteniendo las prestaciones técnicas con conexiones integradas de gases medicinales. Al mismo tiempo incorpora un gran número de comodidades, como un televisor orientable, conectores, cargadores, o un espacio para depositar objetos personales. Además, posibilita el control de enfermería mediante una alarma paciente-enferma integrada.

Se ha desarrollado especialmente desde una perspectiva del confort del usuario: su forma en “L” aporta al paciente una privacidad total, creando un entorno amable y personal. Como elemento separador, permite crear diferentes distribuciones según las características del espacio, consiguiendo un espacio íntimo y favorable a reducir el estrés, a la vez que optimiza el ratio paciente por m².

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