Este artículo es un resumen del Trabajo Final de Grado dirigido por el profesor  Oriol Ventura Rodà, y desarrollado en el marco del Máster interuniversitario en Estudios Avanzados en Diseño organizado por la Universitat Politècnica de Catalunya y la Universitat de Barcelona. Hay que considerarlo como una investigación de carácter académico.
 

Introducción

La crisis sanitaria que se vive en el contexto actual debido al nuevo coronavirus Sars-CoV-2 (COVID-19) no solo ha consolidado problemas previos del sector sanitario, sino que también introdujo nuevas necesidades a resolver. Específicamente, en salas de espera de urgencias de un hospital se perciben comúnmente estados de estrés y de angustia en pacientes o acompañantes que esperan con un grado de emergencia un diagnóstico.

Para contener inquietudes, estos espacios ofrecían elementos de distracción como revistas, televisiones y también permitían estancias para que los pacientes puedan estar acompañados. Sin embargo, debido a las medidas de seguridad implementadas por el COVID-19, los elementos físicos para compartir se prohíben, se crean distancias de seguridad entre personas de mínimo 1.5 metros y se reducen los límites de un aforo. Esto conlleva a que las salas de espera cuenten con menos recursos de distracción o apoyo social lo cual genera un ambiente tenso.

Es necesario comprender que el estrés es una respuesta química del cuerpo que se desarrolló en un inicio evolutivo con el fin de protegernos de depredadores u otras amenazas con eficacia. Aunque en la actualidad no estemos expuestos a estas situaciones regularmente, el cuerpo puede responder de esta forma ante otro tipo de preocupaciones. Según la American Psychological Association, el llegar a niveles altos y constantes de estrés afecta a la salud provocando: aumento en la presión arterial, riesgos de ataques al corazón, deficiencia en el sistema inmune, tensión muscular, insomnios e incluso puede conducir a la depresión¹.  Por estas razones, el siguiente texto pretende manifestar una propuesta de proyecto de diseño sobre cómo reducir los niveles de estrés en la sala de espera de urgencias del Hospital Clínic como ejemplo y un resumen de su investigación previa.

Investigación

En 1991, el Dr. Roger S. Ulrich, profesor e investigador sobre el diseño de la salud de la Universidad Tecnológica Chalmers en Suecia, propone una teoría explicando que para promover el bienestar en espacios sanitarios. Esta explica que para aportar comodidad se debe suministrar en el diseño interior: un sentido del control sobre el espacio físico, un acceso a distracciones positivas y un acceso a apoyo social². En 2018, en un estudio llamado Oxytocin and Stress Response, científicos investigan sobre cómo la hormona oxitocina ayuda a controlar el estrés ya que influye en los niveles de cortisol y adrenalina, que son hormonas que se activan durante este estado. La oxitocina está ligada a los encuentros sociales ya que favorece a la vinculación entre personas, los comportamientos maternos y a la comunicación positiva³. Durante la pandemia actual, las interacciones físicas y sociales se han reducido y dentro de los espacios se han creado barreras de plástico como método de distanciamiento lo cual no favorece positivamente a las interacciones.

La noción de biofilia aparece por primera vez en el libro El Corazón del hombre en donde el filósofo alemán Erich Fromm describe que el ser humano adquiere una conciencia positiva al convivir con la Naturaleza que lo motiva a “amar la vida”, como lo explica la etimología de la misma palabra. Este concepto se utiliza en el entorno laboral en donde se aplican elementos naturales con el objetivo de restaurar la habilidad para concentrarse y trabajar más eficientemente⁴. En observaciones realizadas en hospitales y centros de salud en la ciudad de Barcelona, se encontró que las salas de espera cuentan con fotografías de paisajes o naturaleza y que también emplean acabados en madera o que la aparenten. Estas decisiones de diseño demuestran un beneficio para la salud que efectivamente reduce el estrés. Cuando una habitación tiene vista de naturaleza las estancias postoperatorias son más cortas, la medicación para aliviar el dolor es reducida y las condiciones generales mejoran. De la misma forma, se estudió la reacción de personas que observan una imagen de montañas reproducida en un televisor para encontrar que su presión arterial y su pulso es más bajo que de quienes no vieron la imagen⁵.

Dentro del diseño de hospitales se comienza a utilizar vegetación natural o artificial porque se demuestra que estos elementos reducen el estrés de las personas porque genera atracción positiva. En una entrevista con la arquitecta Clara Ruis Sambeat, socia de Estudi PSP Arquitectura, estudio especializado en arquitectura sanitaria y responsable del último diseño de la sala de espera del Hospital Clínic, comentaba acerca de aprovechar vegetación real en los espacios. Se concluyó que este gesto genera una necesidad de un mantenimiento continuo para el centro de salud que en ocasiones no se continuaría y el diseño se vería afectado a futuro. Dados los beneficios de la vegetación en estos espacios, se encontró un sistema patentado de maceta de auto riego proporcionado por Hobby Flower⁶ que puede funcionar para evitar el mantenimiento constante de una planta apta para estos espacios.

Por otra parte, es importante recordar que la experiencia de un paciente o un acompañante en una sala de espera va más allá de simplemente estar sentado. Se realizó una encuesta para determinar el comportamiento de los usuarios en estos espacios. Los resultados demuestran que existe una preferencia por el uso de móvil en el cual las personas tienden a revisar sus redes sociales, buscar distracción social, leer o mirar noticias⁷.  Igualmente, dentro de la encuesta se observó que muchos participantes optan por acudir a otros espacios mientras esperan. Sin embargo, uno de los problemas que se observó es que, al dejar la sala de espera, el paciente no puede estar informado sobre el turno asignado porque no está disponible en otras pantallas y esto le obliga a quedarse.

Proyecto diseño interior

Para empezar con el diseño fue necesario tomar en cuenta unos de los problemas principales que existe actualmente en las salas de espera por causa del distanciamiento social. Muchos asientos no pueden ser ocupados para mantener una distancia mínima de 1.5 metros entre personas lo cual genera un desperdicio de mobiliario y de espacio dentro de la sala. Por esta razón, el punto de partida del proyecto es generar un sistema de organización en el cual se garantice una mejor ocupación del espacio evitando el riesgo a contagio.

Se toma un módulo simple de dos asientos pegados, que se separan de una cierta distancia, se rota y se vuelven a unir manteniendo una barrera de separación entre ellas. Una vez creado el nuevo módulo de asientos se busca formar un triángulo equilátero con una distancia de mínimo 1,5 metros para que cada puesto tenga vista a dos otros puestos y que en caso de necesidad se pueda tener una conversación entre dos personas ya que la idea es mantener una distancia sin tener que evitar interacciones sociales. Finalmente se busca repetir el módulo triangular formando órdenes aleatorios que luego se verán modificados según el espacio en el cual se empleen.

El diseño del mobiliario de la sala de espera busca adaptar un modelo existente de asientos para sala de espera al concepto de distanciamiento social. Para hacer esto se escogió el modelo de sillas plásticas Eames sobre travesaño de la empresa Vitra. Para empezar, se escogió este modelo debido a que el asiento de polipropileno continuo permite una fácil limpieza y desinfección, su simple armado permite una versatilidad para alterarlo y estéticamente recuerda a uno de los diseños de mobiliario más famosos y atractivos. En el diseño del mobiliario se pretende incluir un mueble divisor a una altura de 1.2 metros para que cubra la nariz y boca de una persona sentada y evite el riesgo de contagio a la persona que se encuentra del otro lado del mueble. En este mueble se incluye una agarradera metálica a una altura de 70 cm para que cualquier persona que necesite pueda sujetarla y levantarse del asiento con facilidad. No se incluye un reposabrazos porque se pretende que las personas que se sienten no manipulen mucho el entorno para evitar el riesgo de proliferación de virus y bacterias. El mobiliario incluirá un espacio para la maceta que permite el auto riego de la planta para evitar el mantenimiento continuo. Por último, se proporciona una toma de corriente de 220V para que mientras se espera las personas puedan cargar sus dispositivos sin necesidad de desplazarse por el espacio en busca de uno.

El resultado del diseño del espacio interior trata de acomodar el mobiliario previamente diseñado en el espacio existente incorporando los materiales seleccionados y el concepto de distribución a 1.5 metros. Se aprovecha la arquitectura exterior de la sala de espera de Urgencias del Hospital Clínic para situar jardineras y favorecer el diseño con los beneficios biofílicos. Los espacios de circulación principal y de estancia del espacio se diferencian por el diseño de piso. La circulación tiene un revestimiento de caucho unicolor y el diseño del piso de los espacios de espera tiene un juego orgánico y aleatorio de formas triangulares para buscar romper con la disposición ortogonal muy estructurada que se encuentran frecuentemente en los hospitales.