La construcción dará cobertura a 1.275.000 personas a partir del mes de octubre. Tendrá asignada una población de 360.000 usuarios y contará con cerca de 7.000 trabajadores, profesionales sanitarios y los de otros departamentos. Cada día se atenderá a 4.000 pacientes, 3.000 en consultas externas y un millar en hospitalización. Se realizarán 120 intervenciones quirúrgicas en horario de mañana y tarde.

El bloque asistencial único que ha supuesto a la Generalitat una inversión de 383 millones de euros. Es lo que se conoce como hospital integrado, la tendencia que impulsa a los modernos centros sanitarios.

Aunque consta de cuatro bloques, está atravesado por dos ejes longitudinales de circulación que recorren en dirección este-oeste la totalidad del edificio en los tres niveles inferiores, de forma que todos están vinculados confiriendo unidad al centro.

En el primer bloque se encuentran las principales áreas asistenciales, como son la de ingreso y las consultas externas. El área de hospitalización cuenta con un millar de habitaciones individuales, una de las prestaciones que más valoran los pacientes a la hora de tener que permenecer en un centro sanitario.

En cada habitación se puede encontrar un sofá cama para acompañante, sillón fijo, televisor de plasma y mesita de noche con bandeja incorporada. Todos los cuartos son exteriores, reciben luz natural, y la cama dispone de cabecero de alta tecnología. Para cubrir las ventanas hay estores que suben o bajan mediante un mecanismo eléctrico.
Todavía no han llegado todos los muebles, pero ya está preparado el proceso para que las asociaciones de pacientes puedan escoger los que consideren más adecuados. De hecho ayer, en la unidad de visitas externas ya podían verse asientos de salas de espera, mesas y sillas para las consultas, asi como armarios sobre las que los usuarios emitirán su juicio. Serán los propios pacientes quienes amueblen la nueva Fe conforme a los criterios más convenientes para la actividad.

Si hay una característica común en cada unidad es su amplitud. Todas las áreas son de grandes dimensiones. Además, una clara división de espacios permite superar las estrecheces que imponen los centros sanitarios a medida que van quedando obsoletos.
Urgencias es un claro ejemplo de ello. Este servicio, que prevé atender cada año a 240.000 pacientes, contará con salas de espera y consultas diferenciadas para adultos, niños, quemados y mujeres gestantes. Está todo dispuesto a falta de la llegada de las camas y los aparatos que requiere el servicio. El suelo ya reluce y los puntos donde se instalarán las tomas de oxígeno marcan cómo quedarán distribuidas las 34 camas de observación de que dispondrá la unidad.
El centro sanitario ya está listo para convertirse en el más moderno de Europa
El próximo mes de julio la mudanza dará un gran paso adelante. Para esa fecha está previsto un ensayo funcional en el que participará el personal del centro sanitario para poner a prueba todos y cada uno de los servicios. El proceso de traslado finalizará en el primer trimestre de 2011, fecha para la que está previsto que la nueva Fe se encuentre a pleno rendimiento.

Poco a poco todas las áreas irán cobrando vida. Mientras tanto La Fe de Campanar se abrirá paso como centro de especialidades y de atención primaria. El nombre que ha ostentado con brillantez durante 40 años será sustituido por el de Hospital de Campanar y allí seguirá prestando servicio a los valencianos como centro sanitario de media y larga estancia.

La entrega de las obras por parte de la constructora -la UTE formada por Dragados, Edifesa y Becsa- estuvo presidida por el presidente de la Generalitat, Francisco Camps; el conseller de Sanidad, Manuel Cervera, y la alcaldesa de Valencia. Los tres ercorrieron las nuevas instalaciones acompañados de otras autoridades, y de todos los consellers de Sanidad que han participado en el proceso de construcción de la nueva Fe: Serafín Castellano, Vicente Rambla y Rafael Blasco.

Camps no dudó en considerar el centro sanitario como la mayor apuesta sanitaria de Europa. Rita Barberá hizo hincapié en que la nueva Fe ratifica el liderazgo y la excelencia en la asistencia sanitaria de la que disfrutamos los valencianos.
La entrega oficial de las obras se convirtió en un acto de agradecimiento a todos los trabajadores que han participado en la construcción. Pero también fue el escenario en el que tanto Camps como Barberá recordaron la falta de aportación económica del Gobierno para llevar a cabo el proyecto.

El jefe del Consell destacó el esfuerzo económico de los valencianos y puntualizó que el nuevo centro sanitario podría haberlo construido un estado grande, pero ha sido un gobierno autonómico el que lo ha hecho posible. La alcaldesa insistió en el mismo aspecto: Se trata de una obra propia del esfuerzo inversor de un Estado y lo ha hecho el gobierno de la Comunitat.

Pronto llegó la respuesta de Ricardo Peralta, delegado del Gobierno en la Comunitat. Según Efe, aseguró que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero ha aportado para la construcción del centro 31, 79 millones de euros.

La Conselleria de Sanidad respondió a Peralta señalando que el dinero al que hizo referencia el delegado del Gobierno son fondos de compensación interterritorial del Estado, que se dan a todas las Comunidades Autónomas.