La constructora del hospital tiene problemas para conseguir fondos
No solo es la mayor obra de Vigo y el proyecto que debe sacar a la sanidad pública del permanente atasco en el que está instalada. La construcción del nuevo hospital de Vigo iba a ser también un proyecto de «alta rentabilidad», como lo calificó la entonces conselleira de Sanidade y hoy número dos del ministerio, Pilar Farjas, cuando presentó en la ciudad el plan de viabilidad económico-financiera del contrato. Pero, de momento, esa rentabilidad se complica. Porque a la empresa que está construyendo el complejo sanitario está teniendo más problemas de los esperados para conseguir financiación.
«Es verdad que está costando [conseguir los fondos], porque el contexto económico y financiero es el que es», dicen fuentes cercanas a la obra. Aun así, esas fuentes explican que eso no debería afectar al desarrollo de la edificación porque «los plazos están marcados en el contrato». Y lo cierto es que, cuando el Sergas convocó el concurso público, en mayo del 2010, las condiciones eran otras. Ofreció entonces una rentabilidad media del 8,7% a la unión de empresas que financiara la obra, la ejecutara y gestionara los servicios no clínicos del hospital durante los próximos veinte años.
La unión temporal de empresas (ute) -formada por Acciona, Puentes y Calzadas, Obras Construcciones y Asfaltos, Concessia y Altair- tiene problemas para conseguir créditos con los que financiar los trabajos. Aún no tiene amarrada toda la inversión. Y no es pequeña. El precio de la construcción está calculado en 375 millones de euros, de los cuales el 75% (281) deberían venir de créditos bancarios a largo plazo, según preveía el Sergas.
Pero los trabajos, según fuentes de la compañía y del Servizo Galego de Saúde (Sergas) «van en plazo». El objetivo es que en el primer semestre del 2014 se pueda poner en marcha. La construcción dura 30 meses y la concesionaria no empieza a cobrar hasta que el edificio abre sus puertas. Así que se echa encima todos los intereses del crédito. Cada año de los próximos veinte, con el edificio ya funcionando, recibirá 66,5 millones de euros más el IPC. Sin contar este incremento, son más de 1.300 millones.
El endurecimiento de los créditos bancarios complica la financiación
Otras fuentes consultadas en la obra confirman que ahora es cuando «empieza a coger ritmo». Ya se ve la estructura del hospital en Beade. En este momento están empleadas 359 personas en el proyecto. De ellas, 51 pertenecen a las firmas de la concesionaria y otras 45 están en plantilla de la propia ute. El resto forman parte de una compleja red de veinte empresas subcontratadas para trabajos específicos. En la obra acaba de implantarse el doble turno entre los operarios, después de que la mesa de seguimiento que forman los sindicatos y la ute pactase mejorar las condiciones de los trabajadores.
«Es verdad que está costando [conseguir los fondos], porque el contexto económico y financiero es el que es», dicen fuentes cercanas a la obra. Aun así, esas fuentes explican que eso no debería afectar al desarrollo de la edificación porque «los plazos están marcados en el contrato». Y lo cierto es que, cuando el Sergas convocó el concurso público, en mayo del 2010, las condiciones eran otras. Ofreció entonces una rentabilidad media del 8,7% a la unión de empresas que financiara la obra, la ejecutara y gestionara los servicios no clínicos del hospital durante los próximos veinte años.
La unión temporal de empresas (ute) -formada por Acciona, Puentes y Calzadas, Obras Construcciones y Asfaltos, Concessia y Altair- tiene problemas para conseguir créditos con los que financiar los trabajos. Aún no tiene amarrada toda la inversión. Y no es pequeña. El precio de la construcción está calculado en 375 millones de euros, de los cuales el 75% (281) deberían venir de créditos bancarios a largo plazo, según preveía el Sergas.
Pero los trabajos, según fuentes de la compañía y del Servizo Galego de Saúde (Sergas) «van en plazo». El objetivo es que en el primer semestre del 2014 se pueda poner en marcha. La construcción dura 30 meses y la concesionaria no empieza a cobrar hasta que el edificio abre sus puertas. Así que se echa encima todos los intereses del crédito. Cada año de los próximos veinte, con el edificio ya funcionando, recibirá 66,5 millones de euros más el IPC. Sin contar este incremento, son más de 1.300 millones.
El endurecimiento de los créditos bancarios complica la financiación
Otras fuentes consultadas en la obra confirman que ahora es cuando «empieza a coger ritmo». Ya se ve la estructura del hospital en Beade. En este momento están empleadas 359 personas en el proyecto. De ellas, 51 pertenecen a las firmas de la concesionaria y otras 45 están en plantilla de la propia ute. El resto forman parte de una compleja red de veinte empresas subcontratadas para trabajos específicos. En la obra acaba de implantarse el doble turno entre los operarios, después de que la mesa de seguimiento que forman los sindicatos y la ute pactase mejorar las condiciones de los trabajadores.
Para poder escribir un comentario debe iniciar sesión o darse de alta en el portal.