La Red TECSAM aúna 29 grupos de investigación dedicados al ámbito de la salud mental y la tecnología. El objetivo de la red es lograr que los resultados de investigación útiles para mejorar la calidad de vida y los tratamientos lleguen a la sociedad

La salud mental es uno de los grandes retos de salud – si no el mayor - al que nos enfrentamos en la actualidad. La pandemia y sus restricciones han acabado de poner en evidencia la necesidad de hacer frente de manera urgente a una problemática que afectará a por lo menos una de cada cuatro personas a lo largo de su vida.

Para mejorar los diagnósticos y los tratamientos en salud mental, pero también para mejorar en la prevención y los factores de protección, así como para encontrar alternativas coste-eficientes, son necesarios nuevos enfoques. Necesitamos propuestas disruptivas que, además, estén basadas en la evidencia científica y cuenten con validación por parte de profesionales sanitarios.

La Red de Innovación de Nuevas Tecnologías en Salud Mental (Xarxa TECSAM) nace a finales de 2020 con una misión muy clara: hacer llegar a la sociedad y al mercado las soluciones desarrolladas por los principales investigadores e investigadoras en salud mental y nuevas tecnologías del territorio con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas y mejorar el acceso a los tratamientos de las personas con problemas de salud mental.

Se trata de un proyecto que aglutina a 29 grupos de investigación de 18 instituciones catalanas en el ámbito de la tecnología y la salud mental, entre las cuales encontramos los principales hospitales (Vall d’Hebron Instituto de Investigación, Consorcio Sanitario de Terrassa, Hospital Clínic – IDIBAPS, Hospital Universitario de Bellvitge – IDIBELL, Fundación IMIM, Fundación Investigación e Innovación Parc Taulí, IISPV, Parc Sanitari Sant Joan de Déu, Fundación Institut de Recerca de l’Hospital de la Santa Creu i Sant Pau) y universidades (Universidad Autónoma de Barcelona, Universidad de Barcelona, Universidad Politécnica de Catalunya, Universidad Pompeu Fabra, Universidad de Vic) catalanes, así como centros de investigación (Instituto de Bioingeniería de Catalunya - IBEC, Centro de Visión por Computador, IIIA-CSIC) y fundaciones (Fundación Gasol). En las próximas semanas, la red incorporará cuatro nuevos grupos, todos ellos con destacadas trayectorias en la investigación en salud mental y tecnología.

La naturaleza complementaria entre los grupos más tecnológicos y aquellos más clínicos enriquece de manera sustancial las sinergias que se generan entre los miembros de la red para crear de manera colaborativa. Asimismo, se trata de un valor añadido para las entidades del ecosistema de salud mental, las cuales acuden a la Red TECSAM en búsqueda de profesionales e investigadores expertos, así como de respuestas novedosas.

¿Cómo se recorre el camino desde la ciencia hasta la solución innovadora?

La innovación debe responder siempre a las necesidades de los usuarios, es necesario pensar y diseñar teniendo en cuenta tanto su visión como las características de su problemática.

La investigación científica, sin embargo, no siempre está orientada a responder de forma directa a una necesidad concreta. Muchas líneas de investigación se centran, por poner algunos ejemplos, en entender mejor los factores causantes o detonantes de una dolencia, o bien en encontrar marcadores biológicos para una cierta patología.

En este contexto, el trabajo desde la Red TECSAM opera en dos sentidos:

• Por un lado, mapear exhaustivamente el conocimiento y valor desarrollado por los grupos de investigación miembros para generar el porfolio de la red. Este porfolio aglutina las tecnologías y conocimiento de todos los grupos miembros y permite trabajar para transferirlos tanto al mismo sector investigador como a la administración, al sector emprendedor y el empresarial. Para hacerlo posible, se desarrollan contactos (más de 67 en 2021) para conocer de primera mano sus demandas. El objetivo: encontrar el encaje del conocimiento desarrollado desde los grupos de investigación con los retos y dificultades de las personas.
• Por otro, se trabaja también en la dirección opuesta, cerrando el círculo: acercando las necesidades detectadas en la sociedad a los grupos investigadores, con el objetivo de influir tanto en los procesos de transferencia tecnológica y desarrollo de innovaciones como en las líneas de investigación futuras.