Fecha: Enero 2019
Idioma: Castellano
Procedencia: Pinearq
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Autor: Ana María Álvarez  

Hay edificios que, aunque poco discretos en su definición material, se funden en el entorno y se convierten en elementos de cohesión urbana. Ese es el caso del Dolors Aleu, un centro sanitario localizado en una zona urbana consolidada de Barcelona, con una cara hacia la Ronda del General Mitre, una vía de alto tráfico que cruza la ciudad por la zona oeste, y otra cara hacia las pequeñas vías del barrio Putget.

El reto fue encajar un edificio de servicios hospitalarios para personas mayores en una zona ruidosa, hacia un lado, con obstáculos visuales y una conexión difusa con el resto de la ciudad. Hacia el otro lado, el edificio debía honrar la escala del barrio, los materiales de sus fachadas, sus calles estrechas y pacificadas. A estas características de la zona, se suma el desafío de producir espacios colectivos –de protección, intercambio y estancia– en una parcela de mínimas dimensiones para un edificio de esta tipología. Se contaba justo con área suficiente para desarrollar las habitaciones y las zonas de servicios, pero se buscó la manera de crear espacios para que los pacientes pudieran sociabilizar, espacios que dejaran envejecer en compañía.

En la planta baja del Dolors Aleu, en la parte sur del edificio, las actividades del gimnasio y de la cafetería, generalmente limitadas a los espacios creados para tales fines, pueden extenderse hasta la terraza, abierta por un costado hacia la Ronda del General Mitre. La cubierta que resulta del cambio de volumetría en la planta tercera se vuelve transitable y se utiliza como terraza para pacientes y visitantes.

El pasillo central, que organiza los espacios en todas las plantas, en este nivel se abre hacia el exterior para configurar un patio con árboles y bancos de descanso. La madera y el metal de las fachadas se repiten en el mobiliario y en el pavimento de la terraza, coherentes con la materialidad de todo el edificio.

En la planta tipo se disponen dos zonas interiores de encuentro, cada una en el remate del pasillo central. Estos espacios se dejaron libres, con la capacidad de asumir cualquier tipo de función colectiva. Los espacios de la arquitectura influyen en el estado de ánimo y de salud de las personas.

Por eso, cada vez que nos enfrentamos al diseño de un centro de servicios hospitalarios, nos atrevemos a pensar en el espacio físico como parte del proceso de curación. Y es en esta reflexión continua sobre nuestra manera de hacer que afirmamos que los espacios colectivos deben tomar el protagonismo en el desarrollo de la arquitectura hospitalaria. https://www.youtube.com/watch?v=HaTL8FmwHUg

Galería de planos:

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Galería de imágenes:

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