Arquitectura para la salud en función de la pandemia de COVID-19
Introducción
La pandemia de COVID19, originada en China a fines de 2019 y esparcida rápidamente por todo el mundo en el corto lapso de principios de este 2020, ha cambiado por el momento las prioridades del sector salud y nos hace detener a pensar estrategias que desde la arquitectura colaboren a hacer frente a este acontecimiento, teniendo en cuenta el éxito que este recurso ha brindado en otros momentos de la historia frente a pandemias que se dieron a lo largo de los tiempos.
En los meses de marzo y abril se ha elaborado una cantidad importante de bibliografía sobre el tema, sumándose a otra existente, y a experiencias previas referidas a enfermedades infecciosas respiratorias.
Seguramente en el próximo tiempo seguirán generándose nuevas experiencias y nuevo material bibliográfico sobre la temática que podrá contener información nueva, diferente o contradictoria con la hasta ahora disponible. Agradecemos cualquier comentario u observación útil para la permanente actualización de estas Recomendaciones.
Al mismo tiempo se están implementando en forma acelerada, y a veces desordenada, modificaciones y ampliaciones de la infraestructura en salud para poder absorber la atención de la pandemia.
Si bien entendemos que se está trabajando sobre una situación de emergencia y urgencia, que no existían antecedentes de un riesgo de contagio tan amplio y de avance tan rápido, creemos conveniente tratar de establecer ciertos lineamientos de qué es necesario hacer, qué es recomendable y, por el contrario, qué no se debe hacer o no es recomendable. Aún en el contexto de la urgencia deben buscarse las mejores soluciones posibles en función de las posibilidades sanitarias, económicas, sociales y culturales del momento y del lugar.
Entendiendo además que las obras en salud son costosas y que, en nuestro contexto, muchas veces lo provisorio es después definitivo, recomendamos tratar de pensar las intervenciones que se están haciendo no solamente como respuesta a la pandemia sino, en la medida de lo posible, tratar de que sean obras que puedan seguir utilizándose después de que se supere este momento y cuando haya que volver a atender las patologías hasta ahora habituales u otras que puedan surgir.
Con estos objetivos es que se han realizado estas Recomendaciones en función de una selección de la información incluida en los documentos revisados que figuran en el capítulo Bibliografía y de la experiencia previa de sus autores en el campo de la arquitectura en salud. Para una mayor profundización de los distintos aspectos se recomienda recurrir a la bibliografía citada.
Objetivos frente a la pandemia
Entendemos que el objetivo principal, para la infraestructura sanitaria ante la pandemia, es poder tener la capacidad instalada necesaria que permita atender a la totalidad de la población enferma que así lo requiera. En tal sentido la complementariedad y la articulación de los subsectores de la salud (público, privado y de obras sociales), en nuestro país, resulta de vital importancia. Dentro de este objetivo general se presentan básicamente dos prestaciones necesarias:
- Diagnóstico
- Internación según distintos niveles de gravedad del paciente y de sus necesidades de atención. Según la Organización Mundial de la Salud esos niveles son 3: leve y moderado, severo, y crítico.
Sin embargo, no se debe perder de vista que existen otros 2 objetivos de igual importancia: - La no propagación de la enfermedad a la población no contaminada, que implica el aislamiento del paciente infectado.
- La no infección del personal de salud que es la población, a la vez, más expuesta y más necesaria en la lucha contra la epidemia. Esto requiere de la protección física y ambiental del personal.
Tipos de infraestructuras según su pertenencia y prestación
Ciertas recomendaciones, como las del Ministerio de Salud de la República Argentina y del Instituto de Arquitectos de Estados Unidos (AIA en inglés), y cierta experiencia práctica reciente está llevando a diferenciar la infraestructura para la atención de la Covid-19 en hospitalaria o del sistema de salud por un lado, y en no hospitalaria o comunitaria (aunque en esta coyuntura esté operativamente también integrada al sistema de salud) por el otro.
Infraestructura hospitalaria o del sistema de salud
Es la que se refiere a la adecuación, construcción y/o ampliación de efectores (hospitales, clínicas, sanatorios, centros de atención) para poder atender a los pacientes con coronavirus. Se trata de lugares que ya cuentan con infraestructura específica, con servicios y equipamiento de apoyo y complementarios, y con personal especializado. Su función es la de atender a los pacientes con mayor compromiso y que requieran de servicios de atención de mediana y alta complejidad. En este grupo se incluyen a los hospitales nuevos y/o de campaña entendiendo que los mismos cumplirán con los requisitos mencionados anteriormente.
Infraestructura no hospitalaria o comunitaria
Es la que se refiere a la adaptación o construcción nueva de infraestructura más cercana a centros de cuidado que de atención médica para poder aislar a pacientes con coronavirus. Se trata de lugares que no tienen servicios médicos o asistenciales de apoyo o complementarios, y no cuentan con personal altamente especializado. Su función es contener a los pacientes con menor compromiso de la enfermedad que no requieran atención médica, o la misma sea mínima, pero que deban estar aislados. Son sitios de cuidados alternativos (CCA), no son hospitales y son sólo para casos leves o recuperados. Pueden ser lugares (hoteles, gimnasios, centros de convenciones) existentes adaptados o nuevos para recibir pacientes, pero deben considerarse aspectos mínimos de seguridad (para pacientes y personal) y de funcionalidad. No debe tenerse en cuenta solamente la cantidad de camas.
Su objetivo es controlar el riesgo de diseminación del virus, y controlar/cuidar el estado de salud de los pacientes. Pueden funcionar como lugares de transición hacia una internación de mayor complejidad o hacia el alta.
Es recomendable que estén cercanos al hábitat de la población y/o cercanos a un hospital.
En ambos casos los objetivos frente a la pandemia mencionados (atención de los enfermos, no propagación de la enfermedad y protección del personal) son los mismos pero, debido a las características de los internados, los requerimientos de la infraestructura física variará. Y simultáneamente las diferencias de la infraestructura física entre las soluciones hospitalarias y comunitarias limitarán que tipos de pacientes pueden atenderse en cada caso.
Infraestructura domiciliaria
Existe un tercer tipo de infraestructura para las personas con coronavirus que son las residencias particulares. Pueden ser utilizadas para la internación del paciente leve que no revista gravedad y que en función de su situación, ambiental, familiar y personal, se evalúe posible no ingresarlo al sistema de salud.
En este documento no nos ocuparemos de las consideraciones para la internación domiciliaria de la covid 19, dado que se trata básicamente de cuestiones de procedimientos, con casi ninguna adaptación física, y dado que existe bibliografía específica para este tema que puede ser consultada.
Tipos de infraestructuras según usos
Sin pretender agotar la cantidad de opciones en principio podemos identificar los tipos de infraestructura en diagnóstico y atención.
Diagnóstico
Debería resolverse como un triage clínico, ubicado antes de ingresar al edificio principal (hospital, sanatorio, clínica, centro de salud), para poder diagnosticar a cualquier persona que llegue con sospecha de coronavirus. Dado lo altamente contagioso que es la enfermedad es absolutamente recomendable tener un lugar para identificar posibles casos de Covid-19 aislando al posible infectado de quienes concurran al centro de salud por otras patologías.
El servicio Triage (Guardia o Urgencia) debería disponer de:
- Espacio al ingreso para lavado de manos y para colocarse máscara o tapaboca para el paciente cuando llega. Sería conveniente que a este espacio se ingrese desde un espacio semicubierto de acceso general.
- Espacio previo a la sala de espera para la toma de temperatura y evaluación de síntomas respiratorios.
- Recepción del paciente ambulatorio y transportado.
- Sala de espera con divisores entre asientos o con 2 metros de separación entre asientos, y lavado de manos.
- Consultorios que pueden ser pequeños y tener solamente espacio para camilla o sillón y mesada con lavatorio.
- Local para la realización del test diagnóstico.
- Espera independiente para el paciente con sospechas firmes de ser diagnosticado con coronavirus, dado que este no debería regresar a la sala de espera general hasta ser derivado.
Atención
Podemos circunscribirla a Internación, pero dividirla según 3 complejidades:
- Leve o moderada: Los pacientes infectados, requieren muy poca atención médica y/o de enfermería, siendo su objetivo principal el aislamiento o eventualmente la última instancia de recuperación. Puede, y es recomendable para aliviar el uso del sistema de salud, ser resuelta en los centros de cuidados alternativos (CCA).
- Intermedia (Severa): Los pacientes infectados, requieren de cuidados intermedios, atención médica y de enfermería, y disponibilidad de oxígeno. No es recomendable que sea realizada en un centro de cuidado alternativo, sino que debería realizarse en un efector de salud o un anexo a este desarrollado para la internación de pacientes con Covid-19.
- Crítica: Los pacientes infectados que requiere de cuidados intensivos. Deben ser realizados en efectores del sistema de salud que cuenten con la complejidad suficiente en personal y equipamiento. Es recomendable agregar camas de terapia intensiva a servicios existentes y no crear unidades nuevas en lugares de menor complejidad, dado que es más sencillo en una coyuntura de urgencia ampliar un recurso existente y en funcionamiento que crear uno nuevo.
Se estima que un grupo muy pequeño de los pacientes, requerirán de respiración mecánica. Así mismo debería contarse con locales para aislados en estas unidades de terapias intensivas para pacientes que puedan ser inmunodeprimidos o contar con alguna otra patología contagiosa.
El control visual del paciente es importante en los últimos dos casos de la internación, pero especialmente en la intensiva.
Servicios complementarios y de abastecimiento
En cualquier caso, se deberá disponer de los siguientes servicios de abastecimiento y procesamiento:
- Alimentación de pacientes y de personal: Cocina para preparación u Office para procesar viandas externas.
- Ropa de cama y personal: Ropería.
- Insumos médicos: Farmacia.
- Insumos no médicos: Depósitos.
- Tratamiento de residuos patogénicos y comunes.
- Limpieza.
- Comunicaciones.
- Carga y descarga de ambulancias, con área para decontaminación de ambulancias. - Carga y descarga de abastecimiento.
- Mantenimiento.
En cambio, los siguientes servicios complementarios son indispensables en los edificios hospitalarios pero no necesariamente en los no hospitalarios:
- Laboratorio.
- Banco de Sangre.
- Imágenes: radiología y ecografía convenientemente portátiles para evitar el traslado del paciente. - Esterilización.
- Morgue.
Es muy importante remarcar que en cualquier caso el personal requiere de áreas de estar y de comer incluyendo área para preparación de alimentos, y a veces de dormir, separadas de las áreas de atención por cuestiones infectológicas y de estrés.
También es recomendable un espacio para familiares: espera y entrevista.
Y es necesario tener espacio para Administración.
En el caso de infraestructura que sea ampliación de edificios (especialmente hospitales) en funcionamiento, la totalidad o parte de los servicios mencionados podrán estar disponibles en las construcciones existentes y no ser necesarios en la nueva infraestructura.
Circuitos
Como en cualquier proyecto de arquitectura para la salud es esencial comprender los procesos y definir los flujos que se desarrollarán en cada situación. En construcciones para la atención de enfermedades infecciosas esto no es solamente necesario o conveniente, sino que es imprescindible.
En el caso particular de la covid 19 se debe hacer hincapié en lo siguiente:
- Diferenciación de los accesos y egresos de personal y de pacientes.
- Diferenciación del paciente sano y del paciente contaminado una vez realizado el diagnóstico.
- En las áreas de atención separar, en la medida de lo posible, el ingreso y egreso del personal para evitar la contaminación cruzada al momento del cambio de ropa.
- Circuito diferenciado para el abastecimiento, especialmente para la salida de residuos y ropa sucia.
Esclusas
El control de la infección y la no propagación del virus desde los lugares con enfermos requieren de exclusas para la entrada y salida de personas y elementos.
Sin ser excluyente podemos mencionar:
- Antecámaras para ingreso y egreso de las áreas de internación. En la medida de lo posible deberían ser diferentes para evitar la contaminación del personal al momento del cambio de ropa.
- Espacio para el personal para cambiado, lavado y control de temperatura al ingreso y egreso.
- Espacio para el público para lavado y control de temperatura al ingreso.
Barreras
Al propagarse el virus por gotas por aire es importante la existencia de barreras entre personas:
- Separadores en salas de esperas y entre camas, para no depender solamente de barbijos o tapabocas.
- Si no existen dichas barreras se recomienda mantener una distancia mínima de 2 metros entre camas o entre personas en salas de espera.
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Comentarios
Excelente artículo
Es muy interesante de la información conocer en el tiempo de COVID-19. Gracias por compartir.
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Novedoso y buena manera de controlar los filtros de circulación que es importante en esta pandemia