La conversión del Hospital del Mar de Barcelona por la pandemia de COVID-19
En este texto, compartimos la experiencia de Pinearq, en un hospital en el que llevamos trabajando casi 30 años, en la conversión de emergencia para adecuarlo a las exigencias de la pandemia. Después de comentar con compañeros de profesión sobre la posibilidad de tener hospitales dedicados específicamente a tratar la covid-19, nos interesa hacer este énfasis en la conversión y creemos que lo que se debe hacer es adecuar los hospitales actuales y diseñar planes de emergencia contra pandemias.
El hospital de Barcelona forma parte de un clúster de ciencias de la salud, en el que se mezclan la investigación, la docencia y la asistencia. En el punto alto de la pandemia, en el mes de abril, el hospital se dedicó 100% al tratamiento de covid-19. Un hospital con 532 camas y unas 40 de UCI, demandaba tener más de 190 camas para semicríticos en menos de dos semanas. Con este requerimiento, consideramos escenarios posibles:
- la mutación del hospital de día localizado en el edificio B, que funciona desde el año 2017 y es una ampliación realizada por Pinearq con Brullet de Luna.
- la ocupación de la primera planta de ese edificio, que estaba preparada para iniciar una siguiente fase de reforma.
- la extensión de los servicios en las instalaciones del polideportivo adyacente al hospital, localizado en la misma manzana bajo el PRBB (un proyecto también de Pinearq con Brullet de Luna).
- la transformación del estacionamiento ampliado en la fase terminada en el año 2017.
Se desarrollaron los tres primeros escenarios. El hospital de día se convirtió en una UCI al cambiar los sillones en camas, la incorporación de biombos y el refuerzo de las tomas de oxígeno en el hospital. Como alternativa, pensamos que se debería proyectar de una forma más genérica que permitiera una mutación de usos suave y poco traumática.
Al mismo tiempo, la planta primera que estaba preparada para iniciar la reforma se organizó en dos unidades, de manera que quedaran claramente definidos los circuitos de salida del material sucio y los circuitos internos para los médicos vestidos con los trajes EPI. La premisa fue que no existieran problemas de cruce de flujos.
Las obras se llevaron a cabo del 23 al 29 de marzo; la instalación del equipamiento, el mobiliario, los almacenes y la señalética se hicieron del 30 de marzo al 3 de abril.
El coeficiente de simultaneidad en el que estaba calculada la instalación general de oxígeno del hospital, con el aumento en la demanda de oxígeno por los pacientes de covid-19, se tuvo que reforzar la potencia con una unidad auxiliar ubicada fuera del hospital.
La tercera intervención fue la transformación del polideportivo, bajo el PRBB, en una unidad de cuidaos semi-intensivos. Las obras se realizaron del 30 de marzo al 3 de abril; la instalación del equipamiento, el mobiliario, los almacenes y la señalética se hicieron del 3 al 5 de abril. En este caso, se trató como una actuación de arquitectura efímera, con material y mobiliario alquilado, para que el polideportivo retornara rápidamente a su estado original. Las unidades se organizaron a partir de la clara diferenciación de los circuitos: el de personal, el de residuos, de entrada de mercancías. Enfatizamos que lo que nos interesará en un hospital futuro es la claridad en las circulaciones, quizá que los flujos de material limpio y sucio se puedan convertir en pasillos para médicos y pasillos para enfermos infecciosos.
Esta zona fue administrada por un equipo de 25 personas del propio hospital. Las áreas provisionales están unidas físicamente al Hospital mediante conexiones seguras que permiten el traslado de pacientes en camilla sin la necesidad de una ambulancia: un recorrido de un minuto desde la torre de hospitalización a través de una conexión aislada que garantiza que no se contaminan otros pacientes y áreas del hospital. Los pacientes de la torre de hospitalización toman los ascensores para ser transferidos a través de un corredor aislado construido en la explanada de la planta baja de la supermanzana, donde se conecta con el elevador del PRBB que lleva a las unidades de recuperación. El personal médico y los suministros limpios utilizan una conexión de pasillo entre los dos edificios en el sótano -1. Este doble circuito elimina los riesgos de contaminación y garantiza la seguridad de los pacientes y del personal de todo el hospital.
Esta unidad se desmontó en cuanto la curva bajó y el hospital volvió a su condición anterior, aunque se está utilizando una unidad de hospitalización para enfermos de Covid-19 con los circuitos de aislamiento para pacientes y personal.
Para poder seguir leyendo este artículo y descubrir los resultados de la experiencia de Pinearq así como la reflexión sobre el futuro de los hospitales de Albert de Pineda debe iniciar sesión o suscribirse gratuitamente en el portal.
Para poder escribir un comentario debe iniciar sesión o darse de alta en el portal.