Este artículo fue publicado por primera vez en el Anuario AEIH 2022

La necesidad de evaluar periódicamente la calidad asistencial en un servicio de salud es algo que no necesita argumentarse. La posibilidad de disponer de un esquema de evaluación propio, una guía de estándares diseñada y adaptada al contexto de nuestra Comunidad Autónoma es una ventaja incuestionable. Si además para realizar las auditorías se puede contar con la participación de profesionales de referencia en la organización sanitaria, el valor añadido se multiplica exponencialmente.

Introducción

La redacción del “Plan de Calidad 2003-2007” supuso un compromiso con la gestión de la calidad en el seno de la Organización Sanitaria Asturiana y una apuesta por la evaluación de esta con modelos externos contrastados internacionalmente.

De esta forma se fue incorporando la gestión de la calidad asistencial en el día a día de los profesionales. Para ello se emplearon modelos como Joint Commission International (JCI), International Organization for Standardization (ISO) o European Foundation for Quality Management (EFQM), lo que contribuyó al asentamiento de una cultura de calidad en los servicios sanitarios.

Varios Equipos de Atención Primaria (EAP) optaron, en aquel momento, por la acreditación con el modelo JCI. Igual ocurrió en el ámbito hospitalario, en concreto en el Hospital Valle del Nalón, acreditación que se mantiene vigente muchos años después.

Se implementó la norma ISO 9001:2012 en servicios hospitalarios que gestionaban procesos básicos de soporte y de apoyo al diagnóstico, principalmente en laboratorios, farmacia, suministros, etc.

Se llevaron a cabo experiencias con el modelo EFQM, fundamentalmente en equipos de Atención Primaria y en la Red de Salud Mental del Principado de Asturias.

La Gestión Clínica

En el año 2009 se realiza la experiencia piloto en torno a la Gestión Clínica con cinco equipos de Atención Primaria y el 23 de julio se publica en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA) el Decreto 66/2009 que regula su estructura y funcionamiento.

El modelo se construye sobre la premisa de la integración de la mejor práctica clínica combinada con la óptima utilización de los recursos, es decir, la mejora de la atención sanitaria a los ciudadanos aplicando criterios de calidad asistencial y eficiencia presupuestaria.

Son tres ejes los que constituyen la esencia del modelo: el económico, el asistencial y la gestión de la calidad.

Para evaluar la calidad se diseña un modelo propio de gestión de la calidad: el SINOC (Sistema de Información Normalizada para los Objetivos de Calidad). Se utilizan, en ese momento, las experiencias adquiridas anteriormente por profesionales y equipos en los modelos de acreditación externos citados.