Sistemas de ventilación y tratamiento del aire en salas de ambiente controlado

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El diseño de salas de ambiente controlado, como las que encontramos en hospitales, laboratorios o industrias farmacéuticas, está estrechamente ligado a normativas específicas que buscan asegurar la calidad del aire interior y proteger tanto a las personas como a los procesos productivos. Normativas como el RITE, la UNE 171340:2020 y la UNE-EN ISO 14644:2016 establecen los principios y requerimientos que deben cumplirse para garantizar que los contaminantes del aire se mantengan en niveles controlados. A su vez, guías de buenas prácticas, como la UNE 100713:2005, ofrecen recomendaciones adicionales para optimizar el funcionamiento de estos espacios.

Cumplir con estas normativas requiere implementar estrategias que permitan controlar de manera precisa los contaminantes que pueden afectar la calidad del aire en estos entornos. La ventilación adecuada, la correcta renovación del aire, la recuperación de energía y la utilización de filtros de alta eficiencia son algunos de los pilares fundamentales. Cada una de estas estrategias no solo está contemplada en las normativas vigentes, sino que también representan la base sobre la que se construyen estos espacios seguros.

La ventilación juega un papel primordial al asegurar que el aire se renueva continuamente, diluyendo y eliminando los contaminantes presentes. En espacios críticos, como las salas limpias, es esencial un flujo constante de aire filtrado para garantizar que el nivel de partículas se mantenga dentro de los rangos establecidos en la norma UNE-EN ISO 14644:2016. Este estándar clasifica las salas limpias en función de la concentración de partículas en suspensión, lo que significa que los sistemas de ventilación deben estar diseñados para cumplir con estas exigencias. La cantidad de renovaciones por hora es un indicador clave que aparece también en la UNE 171340:2020, que regula los espacios hospitalarios, marcando la necesidad de mantener una renovación de aire constante para evitar la acumulación de partículas y microorganismos.

Otra estrategia crucial es la recuperación de energía, que no solo tiene un impacto en la eficiencia energética, sino que también contribuye a mantener las condiciones ambientales controladas, como la temperatura y la humedad. En estas instalaciones, los sistemas de recuperación de calor permiten aprovechar la energía contenida en el aire de extracción para precalentar el aire de renovación, logrando una climatización eficiente sin comprometer la calidad del aire. Esta estrategia es especialmente valiosa en edificios que buscan optimizar su eficiencia energética sin dejar de cumplir con los estrictos requisitos de calidad del aire.

En este sentido, la serie de recuperadores de calor RECUP/EC de SODECA representa la mejor solución para entornos hospitalarios. Estos equipos cuentan con un intercambiador de placas a contraflujo de alta eficiencia, control automático integrado y motores EC Technology de bajo consumo.

Existen modelos tanto horizontales para su instalación en falso techo como verticales para su colocación en salas técnicas o en cubierta. Cuentan con una estructura con perfilería de aluminio reforzado, paneles con 25 mm o 50 mm (en función del modelo) de aislamiento térmico y acústico y acabado exterior en chapa prelacada.

Además, estos equipos cuentan con dos etapas de filtración mecánica de alta eficacia en concordancia con la legislación vigente (RITE), que permiten introducir aire atemperado y limpio en el interior de los edificios.

La filtración del aire es otro de los aspectos más estrictamente regulados. Los filtros de aire de alta eficiencia, como los HEPA, son prácticamente obligatorios en muchas salas de ambiente controlado, ya que permiten eliminar partículas de hasta 0,3 micras con una eficiencia del 99.97%. Este tipo de filtración es fundamental para cumplir con las normativas, especialmente en entornos donde se requiere un alto nivel de pureza del aire.  La desinfección del aire, mediante tecnologías como la radiación ultravioleta (UV-C), también se contempla como una medida adicional para garantizar la pureza del aire. La UNE 171340:2020 sugiere la incorporación de estas tecnologías en conductos de ventilación o unidades de tratamiento de aire para eliminar bacterias, virus y hongos que no son capturados por los filtros.

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