La presurización de escaleras y vías de evacuación: un salvavidas en hospitales

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En situaciones de incendio, la mayoría de las víctimas no sucumben a las llamas, sino a la intoxicación por humo. Este hecho, responsable de más del 80% de los fallecimientos en este tipo de emergencias, pone de manifiesto la importancia de implementar medidas que garanticen la seguridad de las personas durante la evacuación. Los hospitales, debido a la presencia de pacientes con movilidad reducida o condiciones de salud frágiles, representan un reto adicional en la protección contra incendios. Por ello, resulta vital adoptar soluciones que minimicen el riesgo de exposición al humo y faciliten tanto la evacuación como la intervención de los bomberos.

El Código Técnico de la Edificación (CTE) establece que los edificios deben disponer de los medios adecuados para que sus ocupantes puedan evacuar en condiciones de seguridad. En el caso de hospitales, esta exigencia se traduce en una doble estrategia: por un lado, el confinamiento de los pacientes que no puedan ser evacuados de forma inmediata y, por otro, la evacuación mediante vías protegidas para quienes puedan desplazarse o ser asistidos.

Los hospitales presentan características únicas que complican la gestión de emergencias. Muchas de las personas que se encuentran en estas instalaciones son pacientes encamados o con movilidad reducida, lo que dificulta su evacuación rápida. Además, el personal sanitario tiene la responsabilidad de asistir a los pacientes, lo que incrementa el número de personas que deben desplazarse por las vías de evacuación. En este contexto, cualquier contaminación por humo en las escaleras puede resultar catastrófica, no solo para los evacuados, sino también para los equipos de emergencia.

El humo no solo limita la visibilidad, dificultando la orientación en las vías de escape, sino que también contiene gases tóxicos que pueden incapacitar rápidamente a las personas expuestas. Este riesgo subraya la importancia de adoptar sistemas de protección que mantengan las escaleras completamente libres de humo.

En este sentido, el CTE contempla tres opciones:

  • Ventilación natural mediante ventanas practicables o huecos abiertos al exterior.

 

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  • Ventilación natural mediante dos conductos independientes de entrada y de salida de aire.

 

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  • Sistema de presión diferencial conforme a la norma EN 12101-6:2005

 

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De estas alternativas, la presurización es la única que garantiza una protección efectiva y continua frente al humo.

Los sistemas de presión diferencial funcionan mediante la generación de una sobrepresión en las escaleras, lo que impide que el humo ingrese incluso cuando las puertas de acceso están abiertas. Este sistema es especialmente efectivo en entornos hospitalarios por varias razones:

  • Evita la entrada de humo: A diferencia de las estrategias de ventilación natural, que permiten la entrada parcial o completa del humo en las escaleras, la presurización crea una barrera de aire que garantiza un espacio completamente libre de contaminantes.
  • Independencia de factores externos: Mientras que la ventilación natural depende de que las ventanas sean abiertas manualmente (una acción que puede retrasarse o no llevarse a cabo en el caos de un incendio), la presurización opera de forma automática, asegurando su eficacia en todo momento.
  • Facilita la intervención de los bomberos: Al mantener las escaleras libres de humo, los equipos de emergencia pueden acceder al incendio sin necesidad de usar equipos de respiración autónoma durante el ascenso, reservando su autonomía para las labores en la zona afectada.

 

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