La escena de un celador tirando de un pesado carro repleto de carpetas con datos médicos de pacientes pasillo arriba pasillo abajo pronto será parte del pasado del Hospital Universitario Donostia. La historia clínica en soporte papel tiene los días contados. La revolución digital llega a los archivos del centro, uno de los lugares `secretos` del complejo hospitalario del que depende el correcto funcionamiento sanitario. En otoño se iniciará la última fase de informatización de las 280.000 historias clínicas que custodia físicamente el hospital. Culminará así un proceso escalonado, que se inició en 2001 con la unificación de la historia clínica tras la fusión de los tres hospitales públicos. Fue el primer paso de una transición larga y delicada en la que se ha tenido que avanzar con pies de plomo debido a la confidencialidad de los datos que manejan y el volumen de los archivos que hay que gestionar sin margen de error.

 

El hospital se quitará literalmente un peso de encima. El problema de la falta de espacio es un clásico que la informatización de los datos resolverá ahora de manera definitiva. Los archivos ocupan 1.400 metros cuadrados, divididos en varias salas de la planta -2 del edificio materno infantil. Cada una de las habitaciones contiene miles de carpetas marrones, algunas de ellas tan voluminosas que deben ser divididas en varios tomos. Es un pozo sin fondo. La actividad hospitalaria, en constante crecimiento, genera cada año 20.000 historias clínicas nuevas, que hay que añadir a las archivadas. Tal es la cantidad de papel almacenado que una de las zonas del archivo tuvo que ser reforzada hace ya varios años tras un estudio arquitectónico del edificio.

Las 280.000 historias clínicas que custodia en papel serán informatizadas. Se completará así un proceso escalonado, que solucionará el problema de la falta de espacio y evitará el trasiego de 4.000 carpetas al día.