"El volumen de inversión en infraestructuras necesario para sostener las proyecciones de crecimiento del PIB mundial hasta 2030 se cifra en torno a 57 billones de dólares. Este importe, superior al valor del stock mundial actual, tendrá que ser financiado en un contexto de significativas restricciones fiscales y de Crédito". Así resumía hace unos días María Joao Barroso, de Mckinsey, el déficit de infraestructuras básicas que sufre el mundo.

 

En España, las necesidades de inversión en infraestructuras ya existentes quedan de manifiesto tras el último informe sobre el estado de las carreteras elaborado por la Asociación Española de la Carretera, presidida por Juan Lazcano. Según este informe, el estado de las vías ha emperorado a niveles de 1985 y serían necesarios 6.200 millones de euros para recuperar unos estándares de calidad razonables.

 

Se trata de unas necesidades financieras que, según Mackinsey, se podrían rebajar de manera sensible si las autoridades licitadoras hiciesen un mayor esfuerzo de análisis de los proyectos."Una mejor utilización de los servicios de ingeniería de entre un 3% y un 5% de total de la inversión puede suponer un ahorro del orden del 40%", señala el informe de Mckinsey presentado durante unas jornadas organizadas por Fidex, la institución que representa los intereses de 10 de las mayores ingenierías españolas.

Las empresas reclaman al Gobierno y a la oposición "altura de miras" para abordar sin "visiones cortoplacistas" el fuerte deterioro de las infraestructuras clave del país.