La gripe dispara la preocupación por la calidad del aire interior
España ha entrado de manera oficial en una fase epidémica de gripe, alcanzando una incidencia de 112,2 casos por cada 100.000 habitantes, muy por encima de los 12,8 contabilizados en el mismo periodo del año anterior, según el Instituto de Salud Carlos III. La rápida propagación de la variante K del virus A(H3N2), conocida por su alta transmisibilidad, ha vuelto a poner en primer plano un factor clave de la Salud Pública: la Calidad del Aire Interior (CAI). Pasamos más del 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados, donde, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación puede ser entre cinco y diez veces superior a la del ambiente exterior.
La situación recuerda inevitablemente a los aprendizajes que dejó la pandemia de COVID-19 sobre la transmisión por aerosoles y la necesidad de espacios interiores seguros. “La pandemia nos enseñó que el aire que respiramos es tan importante como el agua que bebemos —señala Sergio Monge, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA)—. No podemos permitirnos olvidar aquellas lecciones. Mantener una buena Calidad del Aire Interior es clave para evitar que situaciones como las vividas vuelvan a repetirse”.
La circulación adelantada de la variante K —detectada ya en gran parte de Europa— y su mayor transmisibilidad han contribuido al rápido incremento de contagios en centros educativos, oficinas, viviendas y residencias. La combinación de bajas temperaturas, mayor permanencia en interiores y mala ventilación crea el caldo de cultivo perfecto para la propagación de virus respiratorios.
Recomendaciones de ANECPLA para contener la epidemia de gripe
ANECPLA propone una batería de medidas urgentes para mitigar los contagios:
- Implantar planes efectivos de ventilación y renovación del aire en colegios, residencias, centros sanitarios y otros espacios sensibles.
- Incorporar sistemas de filtración adecuados (incluyendo filtros HEPA cuando corresponda) y monitorización de CO₂ para asegurar una correcta calidad del aire.
- Establecer protocolos de higiene ambiental y mantenimiento profesional de instalaciones.
- Fomentar la ventilación regular en hogares y centros concurridos.
- Acudir siempre a profesionales cualificados de empresas de Sanidad Ambiental, que cuentan con la formación, los equipos y los protocolos necesarios para evaluar, corregir y mantener condiciones óptimas de CAI.
“Nuestros profesionales llevan años trabajando en este ámbito con rigor científico —explica Monge—. No basta con abrir ventanas: es imprescindible contar con expertos que evalúen cada espacio y apliquen las soluciones técnicas adecuadas”.
Una oportunidad para avanzar en regulación y Salud Pública
ANECPLA insiste en la urgencia de que España dé pasos firmes hacia una regulación específica y unificada sobre la Calidad del Aire Interior, tomando como referencia a otros países europeos que ya cuentan con normativas más desarrolladas. La Asociación considera fundamental dejar atrás la actual dependencia del Código Técnico de la Edificación (CTE) para disminuir la transmisión de enfermedades, proteger a las personas más vulnerables y garantizar espacios saludables de manera continuada.
“La epidemia de gripe debe servirnos de punto de inflexión”, concluye Monge. “La Salud Pública empieza en el aire que respiramos. Y garantizarlo limpio y seguro debe ser una prioridad nacional”.
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