CAP Santa Eulàlia del Río
El planteamiento de este proyecto se nutrió tanto de las características físicas específicas del lugar de emplazamiento del futuro edificio, como de las relativas a aspectos socio-culturales, constituyendo concretamente la geometría y topografía del solar las condiciones definitorias más importantes para la concepción del mismo.
El planteamiento de este proyecto se nutrió tanto de las características físicas específicas del lugar de emplazamiento del futuro edificio, como de las relativas a aspectos socio-culturales, constituyendo concretamente la geometría y topografía del solar las condiciones definitorias más importantes para la concepción del mismo.
El edificio se halla situado en una zona a las afueras de la localidad. En concordancia con las características de ésta, se planteó un edificio formalmente mesurado, de dimensiones controladas, con unos volúmenes cuya articulación es el resultado del análisis de las posibilidades geométricas brindadas por la planta poligonal del solar. La fragmentación de la estructura en un cuerpo central y dos cuerpos laterales permite reducir el impacto visual dentro del contexto residencial donde el centro está ubicado, definido por el predominio de viviendas de dos pisos de altura. Los accesos constituyen el elemento distintivo de su carácter público.
El acceso a la entrada principal se realiza a través de una plaza que obedece a la pendiente natural del terreno, culminando en un área porticada donde se situa la entrada al vestíbulo principal, de doble altura. Así, esta plaza, prolongándose en el vestíbulo, adquiere un papel relevante dentro del proyecto, puesto que actua como nexo de transición entre la ciudad y el interior del centro, desde donde se accede a las distintas áreas asistenciales, distribuidas a derecha e izquierda.
El segundo punto de acceso relevante es el de la unidad de urgencias y atención continuada. Este acceso tiene un carácter netamente diferenciado, diseñado para la circulación de pacientes que acceden al centro peatonalmente. Asimismo, se creó un área cubierta para el acceso de los pacientes transportados en camilla hasta el servicio en ambulancia.
Las funciones del edificio se estructuran según un doble criterio: en primer lugar, se organiza en bloques (bloque norte, bloque central y bloque sur) y, en segundo lugar, en niveles. Cada uno de los bloques se organiza linealmente a través de una sala de espera continua frente a la puerta de cada uno los consultorios.
Atendiendo a la necesidad de facilitar el acceso a los servicios más frecuentados se concentran en la planta baja la consulta de pediatría, el área de extracciones, la zona de tratamiento, los despachos y archivos administrativos y el servicio de atención continuada. Los servicios más específicos, bien por atender a un menor número de pacientes o por tratarse de áreas de visitas médicas programadas, se ubican en las plantas superiores, procurando agrupar las diferentes áreas en cada bloque con la mayor coherencia posible: así, el bloque norte aloja consultorios; el bloque central, la entrada y los servicios generales; y el bloque sur, las funciones especiales.
El carácter de este edificio surge de la equilibrada relación entre los rasgos específicos del vocabulario arquitectónico ibicenco incorporados a él y la bien definida consecución de las necesarias y deseadas condiciones de contemporaneidad arquitectónica. El exterior del edificio está realizado en estuco blanco y cristal con objeto de armonizar respetuosamente con la luminosidad de la arquitectura de la isla.
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