El proyecto surge de la necesidad del Ayuntamiento de proveer un equipamiento público para la gente mayor, dando respuesta a dos grandes inquietudes: la necesidad de repensar la manera en que un edificio se relaciona con sus usuarios cuando estos son personas altamente vulnerables, y crear un sistema constructivo más sostenible.

Un edificio para personas vulnerables

El edificio se distribuye en una sola planta, apostando por la accesibilidad horizontal y organizándose alrededor de un patio, que se convierte en el corazón biofílico del proyecto.

Cuenta con una circulación principal que se va fragmentando a lo largo del recorrido, en el que van apareciendo diferentes espacios concebidos para estimular las capacidades de cada uno de sus usuarios, mediante espacios enriquecidos con diversidad de estímulos sensoriales que acompañan a la gente mayor en la interacción con el entorno de manera activa y positiva.

Los recorridos circulares permiten el movimiento y la deambulación a las personas con demencia, así que el patio interior organiza el programa. El patio-jardín, como un claustro, puede ser atravesado como un recorrido alternativo e incorpora vegetación, luz natural, orientación y vida en el corazón del edificio; funciona como organizador de los recorridos de los usuarios. El diseño biofílico, es decir, la utilización de elementos naturales como la luz, los materiales ecológicos, los colores suaves, la vegetación con olores y colores, etc., favorece un envejecimiento activo y saludable.

Sistemas constructivos vegetales y sostenibles

Se ha reducido la huella de carbono gracias al uso de materiales de origen vegetal con una huella de carbono negativa: la madera y la paja, que permiten que el edificio almacene carbono en las paredes y la estructura del edificio. La paja utilizada es de arroz y de trigo, de cultivos cercanos a la construcción para reducir el consumo energético relacionado con el transporte.

El edificio ha sido realizado con paneles prefabricados estructurales de madera y con balas de paja de arroz y trigo. Toda la estructura es de madera, con vigas y pilares de madera laminada y forjados de CLT. Los módulos prefabricados son portantes, con un entramado de madera en forma de cajón y con las balas de paja como relleno de los mismos, para garantizar el aislamiento del edificio.

Se ha apostado por la construcción en seco para facilitar la rapidez del montaje, dadas las dimensiones del edificio y las condiciones especiales del sistema de adjudicación pública, así como su reciclaje y recuperación cuando pase el tiempo. Los módulos de fachada se revisten en el exterior mediante una fachada ventilada. En la construcción con paja, es fundamental tener en cuenta un sistema que permita la transpiración y evite las condensaciones.

Se trata de la construcción permanente más grande realizada en España con balas de paja. La utilización de la madera y la paja permite crear un edificio con una huella de carbono muy baja, potenciando el uso de materiales locales y naturales.

Un edificio que une las necesidades de humanización de la arquitectura hacia los usuarios, con un compromiso con la construcción sostenible integral en busca del bienestar y la salud de las personas más vulnerables.

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