Residencia para mayores Villa del Sorriso en Bormio

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La residencia Villa del Sorriso en Bormio surge para crear un lugar agradable y sereno que garantice el bienestar de los usuarios, a la vez que reciben los cuidados socio sanitarios necesarios. El edificio anterior, que data del año 1992, ha sido ampliado y remodelado para convertirse en una residencia de 9.100 m².

Un lugar de descanso en el corazón de los Alpes lombardos

Rodeada por los impresionantes picos de los Alpes italianos, la localidad de Bormio se sitúa en un espectacular anfiteatro natural en el mismo corazón del Parque Natural de Stelvio. En este entorno, la arquitectura de la nueva residencia de personas mayores se adapta en altura, tipología y morfología al entorno urbano y sus viviendas tradicionales, para que sus huéspedes se sientan como en casa.

Uno de los objetivos de diseño era evitar que la estructura se concibiera como un modelo hospitalario, pues se buscaba un carácter residencial que tuviese en cuenta las necesidades de los huéspedes y del personal, resultando unos espacios de escala doméstica.

La nueva residencia sanitaria para la comunidad de Bormio desarrolla un programa muy extenso en un edificio compacto, que responde a una construcción típica de alta montaña y a la vez, con un patio interior que permite iluminar de forma natural el interior del edificio, creando un espacio poroso en un conjunto compacto.

El programa se distribuye en 5 plantas, una de las cuales queda bajo rasante. En sus más de 9.000 metros cuadrados ofrece un programa mixto, con habitaciones para 80 personas junto con apartamentos para mayores y todos los servicios necesarios para la asistencia de los huéspedes.

Flexibilidad y versatilidad como base del programa

El volumen resultante del programa se identifica en dos partes. La parte superior – revestida en zinc, interpreta el vocabulario formal tradicional de la arquitectura alpina – se aleja de la calle para atenuar el impacto del volumen construido. El cuerpo inferior, revestido en madera, genera un espacio porticado que señaliza la entrada y ofrece protección al jardín dedicado a los residentes. El espacio inferior revestido de piedra local dialoga directamente con el nivel de la calle y con el tejido residencial del entorno inmediato. La cubierta a dos aguas se conforma a la arquitectura local y suaviza la presencia del nuevo volumen de la intervención.

Grandes ventanas con vistas al paisaje en las plantas superiores dejan paso a unas galerías en el lado sur, que ofrecen protección a la radiación solar directa en las salas comunes, y en la fachada este, donde los balcones de los apartamentos desmaterializan la volumetría. En el frente oeste, una pérgola protege la terraza de la zona dedicada a las actividades comunes y difumina el construido hacia el cielo. Las estancias abiertas permiten ver con facilidad el desarrollo de la vida urbana en el exterior, a la vez que provee una iluminación natural constante.

La versatilidad de uso de la estructura está garantizada por la organización funcional y espacial, con los servicios técnicos y de apoyo concentrados en el sótano, los espacios de acogida en la planta baja – iluminada por un patio de luces central – y las actividades comunes en la última planta, a completar los espacios dedicados presentes en cada una de las plantas centrales de habitaciones.

La residencia de Bormio nace para cuidar a la persona mayor, y por ello es importante que su arquitectura se adapte a las características de inestabilidad y variabilidad que caracterizan el proceso de envejecimiento. El edificio acompaña este proceso de manera amable, dinámica y flexible.

En su interior, cuenta con elementos que garantizan servicios calibrados a las necesidades sanitarias, asistenciales y relacionales de los huéspedes, según el momento de vida en el que se encuentren.

La residencia es concebida como un lugar de vida, por lo tanto, su diseño ha sido pensado para transmitir domesticidad. La configuración tipológica y distributiva conjuga las exigencias funcionales con el carácter hogareño y humano de los espacios, evitando colores o materiales que evoquen el trato distante con la persona. Cada zona se ha articulado en función de los distintos niveles de privacidad y autonomía que requieren, desde la intimidad de las habitaciones hasta las zonas de relación social.

Materiales

Se han utilizado materiales locales que se adaptan a las condiciones climatológicas del lugar. Se ha aplicado nuestra paleta de materiales saludables (healthy materials), para dotar el edificio de espacios saludables y amables para los residentes y usuarios.