Biodonostia se alía con el Clínic de Barcelona para innovar en investigación
La puesta en marcha de Biodonostia ha supuesto un «salto exponencial» en la investigación sanitaria que se lleva a cabo en Gipuzkoa. El trabajo del primer instituto en este campo de Euskadi, que a finales del año pasado recibió la acreditación por parte del Ministerio de Ciencia (ahora integrado en Economía), ha provocado que en poco tiempo se cuadrupliquen los proyectos de investigación que se solicitan en el Hospital Universitario Donostia (Osakidetza), núcleo de referencia del Biodonostia. Muchos de estos proyectos, una cuarta parte, tienen la peculiaridad de que se realizan en colaboración con la extensa red de centros tecnológicos implicada en el Instituto. De su trabajo, surgen ya nuevas aplicaciones en asistencia sanitaria que, además de revertir en la salud de los pacientes, se convierten en patentes que pueden ser comercializadas y generar riqueza en el territorio.
Este singular modelo no ha pasado desapercibido para la comunidad científica. Centros de referencia como el Hospital Universitario Clínic de Barcelona, uno de los diez primeros hospitales en producción científica de Europa, se han fijado en él y lo siguen de cerca. Tanto es así, que ha firmado un convenio de colaboración con Biodonostia en materia de innovación, con el que los dos institutos, catalán y guipuzcoano, se beneficiarán de la labor que ambos realizan.
La alianza con el Clínic forma parte del plan de innovación que está implementando actualmente Biodonostia. Según explica Julio Arrizabalaga, director científico de Biodonostia, los responsables del Clínic están muy interesados en «el modelo que tenemos, en el que investigación e innovación están muy unidas». A diferencia del resto de institutos de investigación sanitaria acreditados en el Estado (un club muy selecto en el que está La Fe, de Valencia, el Virgen del Rocío, de Sevilla, el Ramón y Cajal, de Madrid...), que unen universidad y un centro hospitalario, Biodonostia suma al proyecto una extensa red de fundaciones y centros tecnológicos que crece y crece. El último en sumarse ha sido Tecnalia.
«Responsables del Clínic nos han visitado dos veces y se han quedado impactados con el modelo de relación con centros tecnológicos e iniciativas privadas», añade Arrizabalaga para quien, el convenio con el Clínic, va a suponer un nuevo «impulso» en la investigación del instituto.
El centro catalán se interesa por el modelo guipuzcoano, que aúna centros tecnológicos. La actividad del nuevo instituto ha provocado un salto cualitativo en la investigación sanitaria en Gipuzkoa
Porque la colaboración será recíproca. Biodonostia se beneficiará del modelo de investigación del Clínic, «el mejor» de todo el Estado. «Nuestra relación con ellos nos permitirá aprender de su evaluación tecnológica sanitaria, que es muy buena, y participar en congresos que organicen, dentro del comité científico», asegura Arrizabalaga.
Además, del Clínic, el Hospital de Granada también está inspirándose en el modelo de Biodonostia para crear su instituto de investigación sanitaria ligado a un parque tecnológico, añade el director.
Desarrollo de patentes
Después de un año 2011 de arranque, que culminó con la ansiada acreditación, el instituto donostiarra afronta un 2012 de consolidación. La labor investigadora es frenética. Si en 2006 se tramitaron 28 expedientes en el centro sanitario, durante el año pasado esta cifra ascendió a 107 solicitudes de proyectos de investigación, el 25% en colaboración entre diferentes agentes.
El trabajo continúa en Biodonostia. Merced al `privilegio` de ser un centro acreditado, el área de neurociencias va a formar parte de un grupo europeo que estudiará las enfermedades neurodegenerativas.
Y ya se recogen frutos en forma de patentes. En el área de enfermedades infecciosas, por ejemplo, se ha creado un dispositivo biotecnológico para el diagnóstico de infección por neumococo, cuya patente se ha licenciado a una empresa danesa, que pagará derechos por cada dispositivo que fabrique y venda.
Este singular modelo no ha pasado desapercibido para la comunidad científica. Centros de referencia como el Hospital Universitario Clínic de Barcelona, uno de los diez primeros hospitales en producción científica de Europa, se han fijado en él y lo siguen de cerca. Tanto es así, que ha firmado un convenio de colaboración con Biodonostia en materia de innovación, con el que los dos institutos, catalán y guipuzcoano, se beneficiarán de la labor que ambos realizan.
La alianza con el Clínic forma parte del plan de innovación que está implementando actualmente Biodonostia. Según explica Julio Arrizabalaga, director científico de Biodonostia, los responsables del Clínic están muy interesados en «el modelo que tenemos, en el que investigación e innovación están muy unidas». A diferencia del resto de institutos de investigación sanitaria acreditados en el Estado (un club muy selecto en el que está La Fe, de Valencia, el Virgen del Rocío, de Sevilla, el Ramón y Cajal, de Madrid...), que unen universidad y un centro hospitalario, Biodonostia suma al proyecto una extensa red de fundaciones y centros tecnológicos que crece y crece. El último en sumarse ha sido Tecnalia.
«Responsables del Clínic nos han visitado dos veces y se han quedado impactados con el modelo de relación con centros tecnológicos e iniciativas privadas», añade Arrizabalaga para quien, el convenio con el Clínic, va a suponer un nuevo «impulso» en la investigación del instituto.
El centro catalán se interesa por el modelo guipuzcoano, que aúna centros tecnológicos. La actividad del nuevo instituto ha provocado un salto cualitativo en la investigación sanitaria en Gipuzkoa
Porque la colaboración será recíproca. Biodonostia se beneficiará del modelo de investigación del Clínic, «el mejor» de todo el Estado. «Nuestra relación con ellos nos permitirá aprender de su evaluación tecnológica sanitaria, que es muy buena, y participar en congresos que organicen, dentro del comité científico», asegura Arrizabalaga.
Además, del Clínic, el Hospital de Granada también está inspirándose en el modelo de Biodonostia para crear su instituto de investigación sanitaria ligado a un parque tecnológico, añade el director.
Desarrollo de patentes
Después de un año 2011 de arranque, que culminó con la ansiada acreditación, el instituto donostiarra afronta un 2012 de consolidación. La labor investigadora es frenética. Si en 2006 se tramitaron 28 expedientes en el centro sanitario, durante el año pasado esta cifra ascendió a 107 solicitudes de proyectos de investigación, el 25% en colaboración entre diferentes agentes.
El trabajo continúa en Biodonostia. Merced al `privilegio` de ser un centro acreditado, el área de neurociencias va a formar parte de un grupo europeo que estudiará las enfermedades neurodegenerativas.
Y ya se recogen frutos en forma de patentes. En el área de enfermedades infecciosas, por ejemplo, se ha creado un dispositivo biotecnológico para el diagnóstico de infección por neumococo, cuya patente se ha licenciado a una empresa danesa, que pagará derechos por cada dispositivo que fabrique y venda.
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