Por más de treinta años, Sonia Cedrés de Bello, arquitecto de la Universidad Central de Venezuela, se ha especializado en la planificación y diseño de establecimientos de salud.

Ya está jubilada, pero desde el Instituto de Desarrollo Experimental de la Construcción de la Facultad de Arquitectura de la UCV lleva adelante, a pesar del déficit de recursos y especialistas en la materia, el curso de planificación y diseño de establecimientos de salud. "Lo ideal sería tener una maestría, pero es difícil conseguir profesores y alumnos, porque el diseño de hospitales es un tema complejo y mucha gente le tiene miedo", sostiene.

De sus más recientes investigaciones, la especialista ha llegado a una conclusión: actualmente muchas obras de remodelación de hospitales son realizadas sin supervisión de expertos, ni revisión de organismos competentes, lo que deriva con frecuencia en resultados inadecuados.

-¿Cómo ha cambiado el proceso de construcción y remodelación de hospitales?

-Antes, quien planificaba los proyectos de hospitales era el Ministerio de Sanidad y el que ejecutaba era el Ministerio de Obras Públicas. En ocasiones esos proyectos se contrataban, pero dentro del Ministerio de Salud había especialistas y arquitectos que hacían seguimiento y revisión de los planos. Una vez hecho el proyecto se contrataban las empresas constructoras especialistas. Pero la forma de contratación que se está aplicando actualmente es diferente. El contratista es el encargado de hacer el proyecto, y muchas veces ellos buscan a cualquier arquitecto, o lo desarrollan ellos, y eso no siempre tiene buenos resultados. El proceso se está haciendo al revés y por eso salen entuertos.

Entrevista Sonia Cedrés de Bello, arquitecta. "Hoy día interviene mucha gente en las obras de los hospitales y no están claras las reglas de juego. En el Pérez de León de Petare han cambiado tres veces el proyecto, igual que en el Vargas."

-¿Qué pasó a partir de la creación de la Fundación de Edificaciones y Equipamiento Hospitalario, Fundeeh?

-En el 2006 nació el Fundeeh y empezó a trabajar en dos aristas: en la actualización de equipos y adecuación de espacios, así como también en la edificación de nuevos hospitales. Pero resulta que no solo el Fundeeh se encarga de esas obras. Hay muchos organismos como Pdvsa, alcaldías y gobiernos regionales que intervienen en las remodelaciones. Además, en el 2007, los hospitales del Área Metropolitana fueron transferidos al Ministerio de Salud y se generó un descontrol en los proyectos; no hubo continuidad. El Comité de Programas de Edificaciones Médicoasistenciales desapareció y no se sustituyó. Hoy día interviene mucha gente en las obras y no están claras las reglas del juego.

-Hay hospitales en los que se tumban las obras de otros contratistas. ¿Existe alguna justificación para eso?

-Muchas veces se acaban los presupuestos y se contrata otra empresa. Cuando la nueva empresa llega suele cambiar el diseño o empiezan tumbando lo anterior porque no está de acuerdo con lo que hicieron sus predecesores. Eso sucede cuando se entregan obras a contratistas sin experiencias y cuando no se aplican las normas. En el Pérez de León de Petare han cambiado tres veces el proyecto, igual que en el Vargas.

-¿Cómo se puede mejorar el control de las obras?

-Uno de los temas que se debe abordar es la actualización de las normas de construcción y calidad. Cuando un país se enfrenta a remodelaciones o construcciones grandes debe empezar actualizando las normas. Las normas son como las reglas de juego, y aquí hay un grave problema porque muchas veces las normas no se consiguen en el ministerio o no están actualizadas. Ese es un tema pendiente y es un tema que no se resuelve en un día. Además, en cada hospital debería haber un comité de programas y deberían tener arquitectos que se ocupen de dirigir y vigilar las obras y las contratistas que entran. Se debe fomentar la gerencia de obras, debe haber un comité y los médicos también se deben involucrar.