Gran Bretaña aplicará reforma para impulsar uso nuevas medicinas
El primer ministro David Cameron quiere usar los fondos para impulsar la industria británica de ciencias de la vida, que factura 50.000 millones de libras esterlinas, según el texto de un discurso que será emitido el lunes.
"Lo más crucial y fundamental que estamos haciendo es abrir el NHS (Servicio Nacional de Salud) a nuevas ideas. La meta es que el NHS trabaje codo a codo con la industria como el más rápido ente que adopta nuevas ideas en el mundo, actuando como gran imán para atraer innovaciones (...) desde los laboratorios y salas de reuniones hasta las camas de hospitales", dirá Cameron.
Los laboratorios se han estado quejando por años de que Gran Bretaña solía ser lenta en la adopción de nuevas medicinas y el uso de ellas en el NHS, de financiación estatal.
El ministro de ciencia, David Willetts, dijo a la BBC radio: "Sobre todo, habría una ruta más clara desde la idea en el laboratorio de investigación con respaldo público, hasta la aplicación en el paciente en el NHS. Esa es la forma de hacer que el negocio crezca hacia el futuro y, por supuesto, también es lo mejor para los pacientes".
Parte del proyecto diseñado por Cameron, apodado "Fondo Catalizador Biomédico", estará abierto a las universidades y pequeñas y medianas empresas, y se establecerá un "esquema de acceso temprano" por el cual los pacientes gravemente enfermos podrán usar nuevos medicamentos hasta un año antes de que estén completamente autorizados.
"Los pacientes están teniendo que esperar demasiado por nuevas medicinas debido al extenso y extremadamente costoso proceso para obtener aprobación regulatoria completa", dijo Richard Barker, director del Centro para la Aceleración de las Innovaciones Médicas, al ser consultado sobre el anuncio del Gobierno.
"Los sistemas de salud finalmente tienen que pagar estos costos en el precio de los nuevos productos. Tiene sentido que Gran Bretaña, con sus fortalezas en investigación, sus respetables reguladores e importantes inversiones en ciencias de la vida, tome la delantera", agregó.Gran Bretaña promoverá el uso de nuevas medicinas y destinará 280 millones de dólares para llevar tecnologías modernas al mercado.
Parte de los nuevos planes permitirán que se compartan los registros de los pacientes y otros datos del NHS con las compañías del sector, una medida que algunos críticos temen que comprometa la confidencialidad de los pacientes.
Pero Cameron argumentará en su discurso que brindar a los investigadores de las empresas del sector privado acceso a la información del NHS les facilitará el desarrollo y prueba de nuevos fármacos y tratamientos.
Gran Bretaña depende fuertemente de las empresas farmacéuticas para el éxito de la producción y la industria ha estado bajo presión en los últimos años, lo que obligó a realizar recortes.
Una decisión en febrero del mayor laboratorio del mundo, Pfizer, de cerrar su centro de investigación y desarrollo en Sandwich, Inglaterra, y la consecuente pérdida de 2.000 puestos de trabajo, fue una señal de la vulnerabilidad británica.
Los ingresos por inversión en investigación de nuevos medicamentos cayeron casi un 30 por ciento el año pasado en las 12 compañías farmacéuticas más importantes del mundo, lo que resalta el dilema de productividad que enfrenta el sector, según un estudio de Deloitte y Thomson Reuters del mes pasado.
"Lo más crucial y fundamental que estamos haciendo es abrir el NHS (Servicio Nacional de Salud) a nuevas ideas. La meta es que el NHS trabaje codo a codo con la industria como el más rápido ente que adopta nuevas ideas en el mundo, actuando como gran imán para atraer innovaciones (...) desde los laboratorios y salas de reuniones hasta las camas de hospitales", dirá Cameron.
Los laboratorios se han estado quejando por años de que Gran Bretaña solía ser lenta en la adopción de nuevas medicinas y el uso de ellas en el NHS, de financiación estatal.
El ministro de ciencia, David Willetts, dijo a la BBC radio: "Sobre todo, habría una ruta más clara desde la idea en el laboratorio de investigación con respaldo público, hasta la aplicación en el paciente en el NHS. Esa es la forma de hacer que el negocio crezca hacia el futuro y, por supuesto, también es lo mejor para los pacientes".
Parte del proyecto diseñado por Cameron, apodado "Fondo Catalizador Biomédico", estará abierto a las universidades y pequeñas y medianas empresas, y se establecerá un "esquema de acceso temprano" por el cual los pacientes gravemente enfermos podrán usar nuevos medicamentos hasta un año antes de que estén completamente autorizados.
"Los pacientes están teniendo que esperar demasiado por nuevas medicinas debido al extenso y extremadamente costoso proceso para obtener aprobación regulatoria completa", dijo Richard Barker, director del Centro para la Aceleración de las Innovaciones Médicas, al ser consultado sobre el anuncio del Gobierno.
"Los sistemas de salud finalmente tienen que pagar estos costos en el precio de los nuevos productos. Tiene sentido que Gran Bretaña, con sus fortalezas en investigación, sus respetables reguladores e importantes inversiones en ciencias de la vida, tome la delantera", agregó.Gran Bretaña promoverá el uso de nuevas medicinas y destinará 280 millones de dólares para llevar tecnologías modernas al mercado.
Parte de los nuevos planes permitirán que se compartan los registros de los pacientes y otros datos del NHS con las compañías del sector, una medida que algunos críticos temen que comprometa la confidencialidad de los pacientes.
Pero Cameron argumentará en su discurso que brindar a los investigadores de las empresas del sector privado acceso a la información del NHS les facilitará el desarrollo y prueba de nuevos fármacos y tratamientos.
Gran Bretaña depende fuertemente de las empresas farmacéuticas para el éxito de la producción y la industria ha estado bajo presión en los últimos años, lo que obligó a realizar recortes.
Una decisión en febrero del mayor laboratorio del mundo, Pfizer, de cerrar su centro de investigación y desarrollo en Sandwich, Inglaterra, y la consecuente pérdida de 2.000 puestos de trabajo, fue una señal de la vulnerabilidad británica.
Los ingresos por inversión en investigación de nuevos medicamentos cayeron casi un 30 por ciento el año pasado en las 12 compañías farmacéuticas más importantes del mundo, lo que resalta el dilema de productividad que enfrenta el sector, según un estudio de Deloitte y Thomson Reuters del mes pasado.
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