Los centros sanitarios no podrán cumplir la ley de muerte digna sin un refuerzo
Calidad de vida hasta el último momento, no ayuda a morir. Cuidados paliativos, no eutanasia. El proyecto de ley de muerte digna que aún se debate en el Parlamento deja clara la diferencia y extiende la atención a todos los enfermos terminales. Andalucía ha querido ser la primera comunidad en reforzar la cobertura legal de este servicio sanitario. Presume de novedades que mejorarán el trabajo de los profesionales y el bienestar de los pacientes, pero son pocas las aportaciones que van más allá de la labor que se viene realizando. Así lo han puesto de manifiesto los que tratan a diario con este tipo de pacientes que, sin embargo, ven en el texto una oportunidad para reforzar los recursos con los que trabajan. Por lo pronto, la norma recoge dos requisitos fundamentales que tendrán que cumplir todos los centros sanitarios, tanto públicos como privados: habitaciones individuales y y atención domiciliaria universal. Para dar respuesta a ambas exigencias es necesaria una fuerte inversión que aún no ha sido cuantificada. De momento la Junta no tiene prevista partida alguna porque «aún se trata de un anteproyecto de ley pendiente de aprobación», según confirman fuentes del SAS en Cádiz, y los equipos de paliativos permanecen a la expectativa ante posibles cambios en la organización.
Labor diaria
Sólo el Hospital Puerta del Mar atendió el año pasado a casi 500 enfermos terminales, la mayoría de cáncer. En este caso la atención se reparte entre el equipo del centro y los profesionales que acuden a los domicilios. El dispositivo para Cádiz y San Fernando se reduce a doce camas en la unidad del centro gaditano que se encuentran en habitaciones compartidas. No obstante, el servicio intenta, en lo posible, que los enfermos estén solos con sus acompañantes.
Lo cuenta Eduardo Segura, médico de la unidad de Cuidados Paliativos domiciliaria de la capital. Su labor es compartida con la Asociación contra el Cáncer que tiene firmado un convenio para atender a pacientes derivados de la sanidad pública. Ése es el modo de funcionar de la mayoría de las unidades médicas que visitan las casas.
Ante la nueva regulación, el doctor Segura lo tiene claro: «No aporta nada nuevo que no recogiera ya la Ley de Autonomía del Paciente de 2002». En aquel primer texto ya se hablaba del derecho a la información y de la asistencia psicológica. La principal aportación, bajo su punto de vista, sería el refuerzo de los recursos.
Faltan habitaciones individuales en los hospitales y urge el aumento de los equipos especializados
Incertidumbre
La situación del equipo jerezano es la misma. Lo coordina la doctora Carmen Francisco, presidenta de la Sociedad Andaluza de Cuidados Paliativos, que lleva casi doce años atendiendo a enfermos terminales. Ahora toma la palabra en el desarrollo de la nueva norma. «El proyecto legal establece un marco normativo para situaciones que requieren decisiones difíciles en el final de la vida y se debe tener en cuenta el valor profesional». Así, la especialista muestra su preocupación por el futuro de los equipos de paliativos domiciliarios que llevan más de diez años en la provincia y su vinculación con el SAS es a través de un convenio.
«Esta asistencia necesita de un soporte psicológico del que no siempre se dispone y de un personal muy especializado, por eso no podemos dejar de lado a los que ya venimos haciendo este trabajo», advierte ahora, de la misma forma que lo trasladó a los diputados andaluces en una comisión de Salud sobre la ley de muerte digna.
Respecto a la adaptación de la unidad hospitalaria, el centro jerezano acaba de reformar todo el área de Oncología, lo que da posibilidad de habilitar habitaciones individuales para los pacientes en fase terminal.
En este caso, garantizar la intimidad y la comodidad para los acompañantes repercute en la calidad de vida de los propios enfermos. Por ello insiste en que «no se pueden ampliar los derechos con una nueva ley que no venga acompañada de unas cifras concretas en los presupuestos de la Junta».
La comparecencia de la doctora Francisco ante los parlamentarios cuenta con el apoyo todos los profesionales que trabajan en este área. El equipo de Puerto Real, formado por dos facultativas: Concha Ruiz y María Eugenia de la Hoz y una enfermera, Toñi González, ven justa esta reivindicación y consideran fundamental un refuerzo urgente de los equipos.
La unidad atiende exclusivamente a domicilio, porque el centro no tiene una zona de hospitalización concreta para estos enfermos. «Ahora se comienzan a reservar habitaciones de una sola cama en distintas plantas», explican. Pero aún son pocas. El equipo ve a unos 300 enfermos al año, aunque su área de influencia es de 300.000. Para ello la coordinación es fundamental, especialmente con los médicos de familia y enfermeros de enlace, que prestan la asistencia en las casas a las que el soporte de Puerto Real no puede llegar.
Sin duda para que la norma se desarrolle- tal como está planteada- es necesario ampliar la dotación de servicios. Las profesionales del Clínico consideran imprescindible que se cree al menos un equipo más y que se incorporen psicólogos para atender, no sólo al paciente, sino a sus familiares. Mientras, guardan sus reivindicaciones hasta que la Cámara andaluza dé luz verde a la nueva ley.
(lavozdigital.es)
Labor diaria
Sólo el Hospital Puerta del Mar atendió el año pasado a casi 500 enfermos terminales, la mayoría de cáncer. En este caso la atención se reparte entre el equipo del centro y los profesionales que acuden a los domicilios. El dispositivo para Cádiz y San Fernando se reduce a doce camas en la unidad del centro gaditano que se encuentran en habitaciones compartidas. No obstante, el servicio intenta, en lo posible, que los enfermos estén solos con sus acompañantes.
Lo cuenta Eduardo Segura, médico de la unidad de Cuidados Paliativos domiciliaria de la capital. Su labor es compartida con la Asociación contra el Cáncer que tiene firmado un convenio para atender a pacientes derivados de la sanidad pública. Ése es el modo de funcionar de la mayoría de las unidades médicas que visitan las casas.
Ante la nueva regulación, el doctor Segura lo tiene claro: «No aporta nada nuevo que no recogiera ya la Ley de Autonomía del Paciente de 2002». En aquel primer texto ya se hablaba del derecho a la información y de la asistencia psicológica. La principal aportación, bajo su punto de vista, sería el refuerzo de los recursos.
Faltan habitaciones individuales en los hospitales y urge el aumento de los equipos especializados
Incertidumbre
La situación del equipo jerezano es la misma. Lo coordina la doctora Carmen Francisco, presidenta de la Sociedad Andaluza de Cuidados Paliativos, que lleva casi doce años atendiendo a enfermos terminales. Ahora toma la palabra en el desarrollo de la nueva norma. «El proyecto legal establece un marco normativo para situaciones que requieren decisiones difíciles en el final de la vida y se debe tener en cuenta el valor profesional». Así, la especialista muestra su preocupación por el futuro de los equipos de paliativos domiciliarios que llevan más de diez años en la provincia y su vinculación con el SAS es a través de un convenio.
«Esta asistencia necesita de un soporte psicológico del que no siempre se dispone y de un personal muy especializado, por eso no podemos dejar de lado a los que ya venimos haciendo este trabajo», advierte ahora, de la misma forma que lo trasladó a los diputados andaluces en una comisión de Salud sobre la ley de muerte digna.
Respecto a la adaptación de la unidad hospitalaria, el centro jerezano acaba de reformar todo el área de Oncología, lo que da posibilidad de habilitar habitaciones individuales para los pacientes en fase terminal.
En este caso, garantizar la intimidad y la comodidad para los acompañantes repercute en la calidad de vida de los propios enfermos. Por ello insiste en que «no se pueden ampliar los derechos con una nueva ley que no venga acompañada de unas cifras concretas en los presupuestos de la Junta».
La comparecencia de la doctora Francisco ante los parlamentarios cuenta con el apoyo todos los profesionales que trabajan en este área. El equipo de Puerto Real, formado por dos facultativas: Concha Ruiz y María Eugenia de la Hoz y una enfermera, Toñi González, ven justa esta reivindicación y consideran fundamental un refuerzo urgente de los equipos.
La unidad atiende exclusivamente a domicilio, porque el centro no tiene una zona de hospitalización concreta para estos enfermos. «Ahora se comienzan a reservar habitaciones de una sola cama en distintas plantas», explican. Pero aún son pocas. El equipo ve a unos 300 enfermos al año, aunque su área de influencia es de 300.000. Para ello la coordinación es fundamental, especialmente con los médicos de familia y enfermeros de enlace, que prestan la asistencia en las casas a las que el soporte de Puerto Real no puede llegar.
Sin duda para que la norma se desarrolle- tal como está planteada- es necesario ampliar la dotación de servicios. Las profesionales del Clínico consideran imprescindible que se cree al menos un equipo más y que se incorporen psicólogos para atender, no sólo al paciente, sino a sus familiares. Mientras, guardan sus reivindicaciones hasta que la Cámara andaluza dé luz verde a la nueva ley.
(lavozdigital.es)
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