Salut suspende las bombas de insulina y luego rectifica
Las bombas de insulina estuvieron al menos una semana, en el aire por los recortes sanitarios que se anuncian. Son aparatos que llevan insertados los diabéticos con un mal control de la insulina, con hipoglucemias repetidas y las emba¬razadas con diabetes gestacional. Los hospitales catalanes colocan cada año unas cien y la semana pasada todos ellos y los fabricantes recibieron la orden de suspender estas intervenciones, al menos hasta julio. Había que reducir el 10% del gasto.
Cundió la alarma y la indignación entre los pacientes, con una asociación influyente, y entre los responsables de diabetes en los hospitales. En otras comunidades autónomas se recibió la noticia con preocupación, pero los gobier¬nos desmintieron que esa medida se fuera a adoptar.
El viernes se reunió el consejo asesor de la diabetes, en el que especialistas, pacientes, y .Departament de Salut analizan los asuntos que conciernen a esta enferme¬dad. El presidente del consejo, el endocrinógoco jefe de Sant Pau, Josep Maria Pou, les explicó que esta medida suponía una vuelta atrás de once años, cuando los pacientes se la tenían que pagar, y una deci¬sión inaudita en toda Europa, don¬de todos los países la financian: “Y además es el chocolate del loro".
En Catalunya hay unas 130O personas que la llevan y entre todos suponen un gasto de entre 400.000 y 600.000 euros al año. “El gasto para atender a los 900.000 diabéticos que tenemos es de cien millones al año. jCrecía tiene más bombas de insulina que España!", indica el doctor Pou.
"Llevaba meses preparándome y dos años y medio esperando el infusor", explica una mujer diabética que día sí, día no sufre hipoglucemias que la dejan desorientada o desmayada, bajones que pueden dañar mucho el corazón, la retina, el cerebro o el riñón. "Para usar la bomba de infusión continua de in¬sulina necesitas una buena educación en diabetes y conocer bien las raciones de alimentos y su conteni¬do en hidratos, y saber responder a cambios en la alimentación”, ex¬plica la candidata.
La medida se retiró tras la queja de pacientes y médicosLa bomba de in¬sulina le permitiría tener un mejor control metabólico, algo perdido en los últimos años, porque man¬tiene un nivel continuo basal de in¬sulina para evitar los bajones tan peligrosos e inyecta en el organis¬mo cantidades suplementarias con las comidas y en función de la acti¬vidad del paciente.
"Todo ha sido un malentendi¬do", ha comunicado ahora el Departament de Salut. La culpa del pánico, la indignación y el miedo a lo que se avecina con los recortes parece que la tiene la economista del Servei Català de la Salut que aplicó al pie de la letra el anuncia¬do 10% de reducción de gasto. "Cada prescripción de bomba está absolutamente evaluada y lleva su es¬tudio coste-beneficio", señala el responsable de diabetes del Clínic, Josep Vidal.
Cundió la alarma y la indignación entre los pacientes, con una asociación influyente, y entre los responsables de diabetes en los hospitales. En otras comunidades autónomas se recibió la noticia con preocupación, pero los gobier¬nos desmintieron que esa medida se fuera a adoptar.
El viernes se reunió el consejo asesor de la diabetes, en el que especialistas, pacientes, y .Departament de Salut analizan los asuntos que conciernen a esta enferme¬dad. El presidente del consejo, el endocrinógoco jefe de Sant Pau, Josep Maria Pou, les explicó que esta medida suponía una vuelta atrás de once años, cuando los pacientes se la tenían que pagar, y una deci¬sión inaudita en toda Europa, don¬de todos los países la financian: “Y además es el chocolate del loro".
En Catalunya hay unas 130O personas que la llevan y entre todos suponen un gasto de entre 400.000 y 600.000 euros al año. “El gasto para atender a los 900.000 diabéticos que tenemos es de cien millones al año. jCrecía tiene más bombas de insulina que España!", indica el doctor Pou.
"Llevaba meses preparándome y dos años y medio esperando el infusor", explica una mujer diabética que día sí, día no sufre hipoglucemias que la dejan desorientada o desmayada, bajones que pueden dañar mucho el corazón, la retina, el cerebro o el riñón. "Para usar la bomba de infusión continua de in¬sulina necesitas una buena educación en diabetes y conocer bien las raciones de alimentos y su conteni¬do en hidratos, y saber responder a cambios en la alimentación”, ex¬plica la candidata.
La medida se retiró tras la queja de pacientes y médicosLa bomba de in¬sulina le permitiría tener un mejor control metabólico, algo perdido en los últimos años, porque man¬tiene un nivel continuo basal de in¬sulina para evitar los bajones tan peligrosos e inyecta en el organis¬mo cantidades suplementarias con las comidas y en función de la acti¬vidad del paciente.
"Todo ha sido un malentendi¬do", ha comunicado ahora el Departament de Salut. La culpa del pánico, la indignación y el miedo a lo que se avecina con los recortes parece que la tiene la economista del Servei Català de la Salut que aplicó al pie de la letra el anuncia¬do 10% de reducción de gasto. "Cada prescripción de bomba está absolutamente evaluada y lleva su es¬tudio coste-beneficio", señala el responsable de diabetes del Clínic, Josep Vidal.
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