Gracias a su aplicación y cumplimiento, los establecimientos de salud del país cumplirán con estándares internacionales en su infraestructura. Los tres métodos de los que hablamos son la guía de diseño arquitectónico para establecimiento de salud, la guía de acabado arquitectónico y, por último, el manual para el diseño y construcción estructural y no estructural. "Estas guías son tan descriptivas que te dicen cómo van las cosas en cada lugar. Una persona que no sea ingeniero puede entrar (a un centro médico) y decir si este espacio que ve cumplió o no con las normas", explica el director de Ingeniería del Ministerio de Salud Pública, Yonelis Terrero, y a seguidas agrega como ejemplo que los baños, en lugar de muros, deben tener bordillos "para que pueda entrar una silla de ruedas".

 

"Igual ahí está determinado el tema de ambientación. Un centro de salud, como su nombre lo dice, es para que quien acuda allí salga con salud y no puede estar diseñado de una forma que haya un foco de contaminación por la climatización o la ventilación", detalla Terrero.

 

Estos documentos vendrían a tratar de evitar noticias como la que suscitó el hospital Doctor Darío Contreras, donde además de haberse gastado RD$664 millones más de lo presupuestado, han salido a la luz críticas como la ubicación de la morgue frente al comedor.

 

Las guías cuentan con los lineamientos establecidos por la Guía de hospitales seguros de la Organización Panamericana de la Salud-Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y la observación en vistas públicas de entidades nacionales como el Ministerio de Obras Públicas, la Sociedad Dominicana de Sismología e Ingeniería Sísmica (Sodosismica) y la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado –OISOE-.

 

Son manuales que puntualizan con precisión cómo deberán ser edificados los hospitales y clínicas de República Dominicana y tienen detalles tan precisos como dónde deberá ser colocado un tomacorriente y el tipo de pintura que cubrirán los muros y techos del centro.