Arquitectura y miasmas: Sinergias termodinámicas en el hospital pandémico

Palmira Carnero Dorado | JUNIO 2021
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Hospitecnia recomienda este Trabajo de Final de Grado presentado en junio 2021 en la ETSAM.

 

Este ensayo busca establecer las relaciones existentes entre la arquitectura y la salud, mediante la definición del tipo hospitalario medioambiental.

La cultura clásica define el origen de la arquitectura como respuesta a una cuestión termodinámica. Por un lado, Vitruvio defiende que la arquitectura surge por la necesidad de mantener y proteger el fuego; mientras que Leon Battista Alberti considera, en De Re Aedificatoria, que este origen se debe a la necesidad de protegerse de los elementos naturales. Ambas teorías, aunque parezcan contrarias (enfrentando lo estereotómico y lo tectónico), en realidad son complementarias. La necesidad de generar un ambiente de confort que asegure la supervivencia tanto del individuo como de la especie es intrínseca a ambas. En cierto sentido, se busca prevenir la enfermedad. De ahí, podemos deducir que la arquitectura y la salud han estado íntimamente relacionadas desde el origen del hombre.

Esta investigación establece así el hospital pandémico como el paradigma de la machine à guérir: una arquitectura que busca recuperar la sinergia que se establece entre la masa construida y el cuerpo humano, a través de la termodinámica.

En primer lugar, se plantea un análisis histórico de la tradición hipocrática de la arquitectura que fue prevalente desde la Antigüedad clásica hasta mediados del siglo XIX. Para ello, se desarrollan tres historias paralelas pero interrelacionadas:

  1. La teoría de los miasmas, basada en que el cuerpo y la naturaleza son un único sistema en armonía. La enfermedad surge como consecuencia del desequilibrio debido a “efluvios malignos” o miasmas. De ahí la importancia del estudio cuidadoso del aire y las atmósferas.
  2. La tradición médico-científica, que, dando cuenta de la relación directa entre la salud y el espacio construido, utiliza la arquitectura como una herramienta de prevención sanitaria, incluso de curación.
  3. La historia de la arquitectura hospitalaria desde el punto de vista tipológico como técnico.

Tras esta introducción, se define el tipo hospitalario medioambiental. Por un lado, este se justifica por la importancia de hablar del tipo hospitalario en términos de sección, debido al comportamiento termodinámico de la materia en relación a la forma. Por otro lado, se definen los elementos fundamentales del tipo, que incluyen:

  1. El cuerpo, estudiando su comportamiento fisiológico y entendiendo su entidad termodinámica (las transferencias térmicas del cuerpo) y epidemiológica (con el área de influencia de las exhalaciones contagiosas o miasmas).
  2. La cama, como unidad de curación, estableciendo un espacio de transición entre el enfermo y las salas.
  3. La sección, caracterizada por la nave alta y extendida como espacio hospitalario ideal

Por último, se analizan seis ejemplos de hospitales construidos desde la Edad Media hasta el Renacimiento. Así, se establece la sección tipo considerando el ancho de cama, el volumen de aire por enfermo, el área de influencia de las exhalaciones, así como el flujo de aire caliente que se acumula en la parte superior de la sección de la nave y el aire limpio que lo arrastra, evitando los posibles efluvios malignos contagiosos. La pertinencia de esta representación gráfica se debe a la escasa documentación original de los hospitales pandémicos y en especial del de Milán. Se trata de la primera vez que se analiza y se re-dibujan estos edificios desde el punto de vista medioambiental.

La parte fundamental del trabajo será el análisis del Ospedale Maggiore de Milán, obra de Filarete, cuya importancia en este trabajo no se debe solo a sus características formales, sino a las innovaciones técnicas que introduce: elementos bioclimáticos por los que podemos considerarlo el paradigma de la machine à guérir.

  1. El destri se trata de un sistema de saneamiento que recorre por completo el edifico. A nivel formal, son largos pasillos abovedados adyacentes a las salas que desembocan aguas abajo en el Naviglio. Cada dos camas se sitúa un nicho por el que se evacuan los desechos o “efluvios malignos” producidos por los enfermos, que se vierten en el destri, evitando contaminar la atmósfera del hospital. A este sistema se le suman los “respiraderos”, insertados en el interior de los contrafuertes, que permiten a los vapores ascender, así como limpiar los tubos con el agua de lluvia.
  2. La crociera, desde el punto de vista termodinámico, se plantea como un espacio central en forma de cruz, que va envolviéndose por espacios adyacentes. Así, se generan gradientes de interiores con diferentes temperaturas: unos espacios servidores, que aíslan; y unos espacios servidos.
  3. Bajo las salas de enfermería se encuentra la canova. Filarete, al elevar el edificio del suelo, permite una cierta ventilación, evitando que las humedades o aires pútridos se transmitan a las salas de enfermería, y así la atmósfera donde se encuentran los enfermos será lo más sana posible.

La crociera se organiza alrededor de cuatro patios, a modo de claustro, que le proporcionan beneficios tanto termodinámicos como productivos.

  1. En el patio de la farmacia, se plantea la existencia de un hortus simpleci similar al jardín botánico de Padua, en el que no solo se cultivan plantas medicinales, sino que sirve como elemento educativo.
  2. En el patio de los baños, aparecen unas piscinas excavadas en la roca, que recuerdan a la clásica distribución del baño romano. El uso de las aguas medicinales como terapia era muy popular en el Renacimiento.
  3. En el patio del pozo de hielo, aparece una estructura forma octogonal. Esta rodea un pozo donde se acumula la nieve. Se compone de un doble perímetro de muros de fábrica, en cuyo interior encontramos tubería que permiten la evaporación y evitan el deshielo. Además, cuenta con un desagüe conectado con el sistema del destri. Este mecanismo permitía el almacenamiento de alimentos y medicinas.
  4. Por último, el pozo de la leñera se trata de un almacén auxiliar, dando servicio a las cocinas, mostrando el carácter productivo y autosuficiente del hospital.

La interrelación de todas las partes que conforman el Hospital Mayor de Milán (las salas, los patios, el destri) conforma una utopía arquitectónica productiva, metabólica y sanitaria.

Por último, se establecen las influencias del mismo, desde las utopias hospitalarias de la Ilustración, basadas en las teorías higienístas, las formas aerodinámicas y el concepto de machine à guerir; a las propuestas de Casimir Tollet, el gran padre de la arquitectura sanitaria moderna, cuya figura este trabajo reivindica; pasando por los sanatorios antituberculosos del Movimiento Moderno, que de nuevo recuperan las sección estrecha del sistema Tollet y la importancia del aire y el sol como elementos curadores; hasta el Hospital Isable Zendal en la actualidad, que retoma la idea de los hospitales medievales de grandes naves como solución arquitectónica, que favorecen el tiro de ventilación y la renovación del aire.

Se puede concluir que las crisis epidemiológicas han sido una constante en la historia del hombre. Ante estos sucesos, y sin poder acudir a la vacunología, la sociedad solo tiene un mecanismo de defensa: la arquitectura. Durante la crisis sanitaria actual, y durante la historia de la humanidad, se ha recurrido al espacio y a la ciudad para defenderse de las enfermedades: a través del aislamiento de los enfermos, de la renovación del aire y de políticas de confinamiento.

La presente investigación nos lleva a las siguientes conclusiones:

  1. Por un lado, el hospital surge como respuesta a las epidemias, siempre en relación con la ciudad.
  2. Por otro lado, el paradigma de las teorías miasmáticas, es decir, concebir el aire como elemento sanador, es una constante en todos los hospitales pandémicos analizados. Pese a la falta de base científica de las teorías hipocrática, siguen teniendo valor hoy en día. El estudio de la arquitectura hospitalaria desde la visión termodinámica es aparentemente algo novedoso, pero la teoría de los miasmas demuestra que era una disciplina conocida desde la Antigüedad Clásica.
  3. Por último, el hospital pandémico, en concreto el Hospital Mayor de Milán, es una arquitectura que, más que construir un ambiente tecnificado y artificial, manifiesta la sinergia que se establece entre la masa construida y el cuerpo humano, a través de la termodinámica.

La crisis pandémica se nos presenta como una oportunidad para recuperar esta sinergia termodinámica, demostrando la compatibilidad entre los aspectos técnicos como pasivos de la arquitectura hospitalaria, donde la calidad y los flujos del aire son esenciales para evitar la transmisión y el contagio. La idea del aire como elemento sanador nos invita a pensar en su repercusión futura a distintas escalas, no solo la hospitalaria, sino también la domestica y la urbana.

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