Servicio de neonatología del Hospital 12 de Octubre: La transformación de salas abiertas en habitaciones familiares
Antecedentes
Los avances producidos por la revolución industrial a finales del siglo XIX, permitieron la creación de la incubadora. Este pequeño cubículo que toscamente imitaba las condiciones ambientales del vientre materno consiguió reducir la mortalidad infantil. El nuevo paradigma en el que los recién nacidos con dificultades podían sobrevivir con unos cuidados y equipamientos especiales, requería de un nuevo espacio en el hospital.
Los diseños de las primeras unidades de neonatología imitaban los stands comerciales de las ferias. En estos espacios, se exhibían incubadoras aparcadas en batería con recién nacidos prematuros junto con otras personas con discapacidad (Figura 1 y Figura 2). Esta distribución se trasladó literalmente al hospital, donde se diseñaron salas abiertas para las incubadoras y el personal sanitario, y en algunos casos se añadía un pasillo perimetral para que los padres pudieran ver a los recién nacidos a través de una ventana. En el año 1961, la doctora Mildred Stahlman, utilizó un prototipo de respirador en miniatura para el diminuto cuerpo de una niña nacida pretérmino (1). Esta combinación de la incubadora con el soporte de órganos vitales dio lugar a la primera unidad de cuidados intensivos neonatales.
Figura 1. Entrada al stand comercial “infant incubators with living infants”. Fuente (2).
Figura 2. Enfermeras cuidando a bebés durante la exhibición. Fuente (2).
A finales del siglo XX se empezaron a cuestionar estos diseños porque provocaban una separación forzosa de la recién estrenada familia (3). Además, distintos estudios científicos demostraron la importancia del apego parental, la lactancia materna y su impacto en el neurodesarrollo del recién nacido (4-9). Estos estudios evidenciaban la necesidad de modificar de manera gradual la unidad de sala abierta a espacios más separados y desde el año 2000, el modelo de unidad en habitaciones familiares se ha establecido como el referente para unos cuidados de mayor calidad (8).
Entre los beneficios de las habitaciones familiares frente a las salas abiertas están la reducción de las tasas de infección nosocomial (9), el mejor control de los niveles de iluminación y ruido (10), la mayor duración de la lactancia materna (11), la mayor implicación de los familiares en los cuidados al recién nacido y el proporcionar un mejor entorno de trabajo para los profesionales. Distintas organizaciones e instituciones internacionales como el “American Institute of Architects” y la “European Foundation for the Care of Newborn Infants” han incorporado las habitaciones familiares en sus estándares de diseño para las unidades de cuidados intensivos, siendo las unidades híbridas una alternativa factible para facilitar esta transición.
Unidad de salas abiertas
Como la mayoría de las unidades en España (12), el servicio de neonatología del Hospital Materno-Infantil 12 de Octubre (Madrid), inaugurado el año 1980, mantenía el modelo original de salas abiertas (Figura 3). El acceso a la unidad se producía por un único punto lo que producía que se mezclaran los flujos internos y externos en el pasillo (Figura 4), además de aumentar los niveles de sonido en las salas contiguas. La unidad contaba con tres salas de cuidados intensivos (con 10, 4 y 4 puestos de incubadoras) (Figura 5) y dos salas de cuidados intermedios (con 10 y 12 puestos de incubadoras) (Figura 6). A pesar de las dificultades por trabajar en una estructura obsoleta, el personal de esta unidad ofrecía unos cuidados de calidad, individualizados para cada paciente que incluso incorporaban sesiones de música profesional (Figura 7). El espacio reservado para madres y familiares se limitaba a una sala de estar y a dos habitaciones para pacientes en pre-alta. La zona de trabajo de los profesionales era escasa, estaba muy compartimentada y resultaba incómoda para el volumen de la actividad asistencial (Figura 8). La unidad todavía conservaba el pasillo perimetral para padres que se utilizaba para almacenar material (Figura 9).
Figura 3. Planta de la unidad antigua del hospital.
Figura 4. Pasillo que recorría la unidad desde su acceso único hasta la zona del personal.
Figura 5. Sala de cuidados intensivos con equipamientos en rotondas poco accesibles.
Figura 6. Sala de cuidados intermedios.
Figura 7. Sesiones de música profesional ofrecidas por la fundación Cultura en Vena.
Figura 8. Lugar de trabajo para doctoras en la esquina del pasillo.
Figura 9. Antiguo pasillo para visitas reconvertido en zona de almacenamiento.
Unidad híbrida
Después de largos años de trabajo del personal de la unidad para definir, solicitar y conseguir la financiación para un nuevo diseño, en febrero de 2020 se estrenó una nueva unidad híbrida (Figura. 10). Esta nueva unidad combina salas abiertas con habitaciones familiares tanto para cuidados intensivos como para cuidados intermedios. El transcurso de la obra (iniciada en enero de 2019) se desarrolló por fases para que se pudiera seguir atendiendo a todos los pacientes y fue liderado por el estudio de arquitectura EACSN.
En esta reforma se incorporó el área del hospital destinada al banco regional de leche materna para ampliar la superficie por recién nacido, el área para familiares y el área de personal. También se mejoró la seguridad de la unidad y se modernizaron todas sus instalaciones.
El resultado de esta transformación es una unidad híbrida a la que se accede por dos puntos, uno de ellos para padres y personal (con código de acceso) y el otro para suministros y conexión con el resto del hospital (acceso a pruebas diagnósticas o quirófanos). El área clínica combina una zona de cuidados intensivos con 9 habitaciones familiares (dos de ellas con capacidad doble para gemelos), dos salas abiertas de cuidados intensivos (con 4 puestos cada una), tres salas abiertas de cuidados intermedios (Figura 11) (con una capacidad de 4, 8 y 8 puestos) más dos habitaciones familiares de cuidados intermedios. Además, la sala de cuidados intermedios con 4 puestos cuenta con las instalaciones necesarias para convertirse en sala de cuidados intensivos. Los controles de enfermería se ubican en el interior de las salas abiertas y en una zona de control centralizada para las habitaciones familiares (monitorizadas telemáticamente) (Figura 12-15). La zona administrativa y de personal consiste en distintas salas en función del tipo de actividad a realizar (trabajo en silencio, reuniones, descanso y refrigerio) (Figura 16). El área destinada para familiares cuenta con dos salas con taquillas, espacio para hermanos/as, mesas para comer y sillones para descansar, además de nevera, pileta y microondas. También existen dos baños con duchas para el aseo de los familiares y una sala de información para padres de pacientes en salas abiertas y para acoger a la familia en las situaciones de duelo.
En cuanto a los espacios de suministros, existe un almacén de material fungible junto con unos armarios cercanos a las habitaciones familiares. A la farmacia se accede por una puerta acristalada con acceso por código de seguridad para no interrumpir el trabajo de la enfermería mientras preparan los medicamentos. Existe una zona de almacén amplia en el semisótano del hospital, para limpiar y guardar las incubadoras que no se utilicen.
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