Teoría salutogénica para fomentar una clara y necesaria evolución en la arquitectura del siglo XXI
Este artículo se publicó por primera vez en el blog de ENERO Arquitectura.
Desde el año 1978, la OMS reconoce el término “Salud” como el bienestar físico, mental y social de un individuo o colectivo. Una revolucionaria acepción que abrió el camino a entender la salud, no como un estado, sino como un proceso complejo, dinámico y en constante cambio a lo largo de la vida de las personas. ENERO Arquitectura decidió tomar como referencia este principio y poner en marcha un nuevo concepto de centros sanitarios que, además de cumplir su función preestablecida, actuasen por medio de la arquitectura como un activo para la salud de los pacientes y usuarios, ayudándoles a tener un control sobre su propio bienestar. Su premisa parte de la teoría de la Salutogénesis, desarrollada por el médico y sociólogo Aron Antonovsky, que establece que el ser humano tiende por naturaleza al desequilibrio y debe hacer uso de sus propios recursos biológicos, sociales y psicológicos de una forma coherente para conseguir afrontar las situaciones adversas.
ENERO Arquitectura se ha consolidado en los últimos años como uno de los estudios de arquitectura hospitalaria con mayor proyección nacional, un logro que viene dado por su experiencia en el desarrollo de este tipo de espacios, que va más allá de su mera – y necesaria – funcionalidad, para focalizar la concepción de sus proyectos desde el punto de vista establecido por la teoría de la Salutogénesis, la cual consiste en proyectar entornos amables que permitan tanto a los pacientes como a los profesionales mantener el control sobre su estado de bienestar, un estado que fluctúa constantemente por diversos factores del entorno de cada individuo, que pueden ser más o menos controlables. Espacios con abundante luz natural, higiene acústica, circuitos de privacidad para el paciente, referencias a la naturaleza… son algunos de los factores que intervienen en un proyecto de estas características, cuyo principal objetivo es estimular la capacidad de las personas para afrontar la incertidumbre o malestar ante la enfermedad.
Este factor es especialmente significativo en los centros sanitarios, donde acuden constantemente persones que, por lo general, no gozan de un buen estado de salud o deben hacer frente a situaciones complejas que producen estrés físico y emocional.
Para comprender cómo trabaja ENERO Arquitectura en relación a la humanización de los espacios basándose en el modelo salutogénico, es preciso explicar que esta teoría, desarrollada por el científico Aron Antonovsky, parte de la idea de que el ser humano vive en un equilibrio inestable entre la salud y la enfermedad. En sus investigaciones encontró que algunas personas tienen mayor capacidad que otras para afrontar ciertos condicionantes o desafíos en función de sus Recursos Generales de Resistencia (RGR), determinados por diversos factores biológicos, sociales, económicos… de su entorno. Los proyectos del estudio buscan aportar recursos y espacios para colaborar a desarrollar el Sentido de la Coherencia – esencial en la Salutogénesis –, de manera que tanto los pacientes como el personal sanitario puedan percibir todo lo que pasa a su alrededor y en su interior de una manera coherente, estructurada y compresible, ayudando a controlar su estrés y a afrontar la incertidumbre.
¿Cómo se traslada a la arquitectura hospitalaria?
En líneas generales, la finalidad es desarrollar edificios sanitarios en los que, tanto pacientes como usuarios, puedan desarrollarse en un espacio que contribuya al mantenimiento de su bienestar, estimulando aquellas capacidades que permiten afrontar situaciones no siempre favorables de una forma positiva.
Para poder seguir leyendo este artículo y descargarlo en PDF debe iniciar sesión o darse de alta en el portal.
Para poder escribir un comentario debe iniciar sesión o darse de alta en el portal.