En el nuevo hospital Álvarez Buylla de Santullano utilizará geotermia

24/10/2011
Arquitectura Noticias En el nuevo hospital Álvarez Buylla de Santullano utilizará geotermia

Uno de los grandes retos del grupo Hunosa para los próximos años es poner en valor algunos de los recursos de los que dispone, pero que en la actualidad no se aprovechan. Uno de los ejemplos más claros es el de la energía geotérmica. La empresa pública quiere aprovechar la energía del agua de sus minas cerradas, estancada en los pozos a profundidades de hasta 800 metros y que se encuentra a temperaturas de entre 20 y 25 grados. El calor de este agua ya va a ser usado para la refrigeración (calefacción y frío) de dos inmuebles del Campus de Mieres, el edifico tecnológico y la residencia de estudiantes. Además, está en obras la instalación de este sistema de refrigeración en el nuevo hospital Álvarez Buylla de Santullano.

El aprovechamiento de la energía geotérmica es algo muy novedoso en España, pero en otros países (Suecia o Suiza) su uso está más extendido. Uno de los requisitos imprescindibles para poder utilizarla es que los edificios sean de nueva construcción o rehabilitados para que sus sistemas de calefacción sean modernos y eficaces energéticamente, tal y como señala Belén Garzón, de Ingeniería y Nuevos Desarrollos de Hunosa. Estos sistemas, como el suelo radiante o los difusores, utilizan agua a unos 45 grados. Pese a que pueda parecer lo contrario, en ellos no se utilizaría el agua directamente extraída de la mina. Garzón explica que en realidad lo que se hace es robar calor, unos 5 grados, al agua. Para ello se utiliza un aparato denominado bomba de calor.

En los sistemas de climatización el agua permanece aproximadamente a 40 grados. Mediante la bomba de calor, se quitan 5 grados al agua de mina y se los añade a las calefacciones, que a esta temperatura ya estarían listas para funcionar. Si lo que se quiere hacer es enfriar, el proceso es el contrario: se roba agua al edificio y se le quita calor que es añadido al agua de mina. Debido a la cantidad de energía que es necesaria en cada proceso, el calor producido mediante este sistema es superior al que debe consumir. De esta forma, tal y como explica Belén Garzón, el rendimiento del agua de mina es de 5, es decir, que por cada unidad de energía consumida se producen cinco. Es por este rendimiento energético por lo que la Agencia Internacional de la Energía considera a este sistema como energía renovable.


Hunosa utiliza ya el agua de pozos cerrados, como Barredo en Mieres, para las calefacciones del centro de investigación del campus y la suministrará al nuevo hospital de la comarca.

El agua sale a una temperatura de entre 20 y 25 grados y una bomba de calor la eleva a 45. Un sistema barato que ahorra energía y reduce emisiones de C02.
Entre las ventajas que tiene el uso de la bomba de calor respecto a otros sistemas más tradicionales se encuentran, por un lado, en la menor emisión de partículas contaminantes (CO2, principalmente) a la atmósfera; un menor consumo de energía, y por lo tanto, un ahorro económico en la factura eléctrica; y, además, que el agua no se consume. Se aprovecha el calor, pero no se gasta agua, apunta Garzón, por lo cual el líquido utilizado puede volver a la mina, al estanque de donde salió para, en el futuro, volver a ser usada.

Según la Agencia Internacional de la Energía, si el 80% de los hogares de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), constituida por 34 países, cambiase sus calefacciones a este sistema, se reducirían un 10% el total de emisiones mundiales de CO2: el equivalente a tener 50 millones de nuevas hectáreas de árboles (500.000 kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a la de toda España).

El sistema de calefacción parece sencillo. El agua de un pozo cerrado es extraída a distintas profundidades, 100 o 200 metros, según la temperatura que se busque. En términos generales, suele salir a 20 o 25 grados centígrados. Una bomba de calor eleva la temperatura, con un coste bajo de energía hasta los 45 grados, la ideal para el uso en calefacciones. Además, es necesario construir canalizaciones desde la explotación hasta los edificios. En la actualidad, del pozo Barredo de Mieres salen tuberías hacia el centro de investigación del campus y el nuevo hospital comarcal. Este sistema solo es útil en edificios de nueva construcción, aislados y energéticamente preparados.

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