Os presentamos un resumen y os recomendamos el artículo "Synergies in Design and Health. The role of architects and urban health planners in tackling key contemporary public health challenges" publicado en la revista Acta Biomed en 2020.

En los últimos años se han conseguido importantes mejoras en salud pública gracias a la evolución tecnológica, social y económica, pero este progreso no puede darse por sentado. El riesgo de que este éxito pueda invertirse es real. En la era de la urbanización creciente, la globalización, la digitalización, el envejecimiento de la población, el aumento de las enfermedades no transmisibles y los cambios climáticos, los retos de salud pública están evolucionando rápidamente y son urgentes transformaciones significativas.

Según el último Índice Bloomberg de Salud Global, la buena salud aún no es alcanzable para todos los países y hay tremendas diferencias entre quienes están primeros y últimos en el ranking. Si un componente clave para lograr la cobertura sanitaria universal es garantizar que todas las poblaciones tengan acceso a una atención sanitaria de calidad, estos datos parecen bastante críticos.

A pesar de los avances sustanciales, muchos países con un índice sociodemográfico bajo y medio se enfrentan a retos considerables a menos que se adopten medidas políticas intensas y se realicen inversiones centradas en mejorar el acceso y la calidad de la atención sanitaria en todos los servicios sanitarios clave, especialmente las Enfermedades No Transmisibles como la diabetes, el cáncer y las cardiopatías que son responsables de más del 70% de las muertes en el mundo.

Los principales factores de riesgo asociados, que también agravan los problemas de salud mental, son: el consumo de tabaco, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol, las dietas malsanas y la contaminación atmosférica.

Los marcos conceptuales emergentes se centran en gran medida en el entorno construido y urbano, sobre todo por la contribución que el diseño urbano saludable puede hacer a la prevención y reducción de la carga de morbilidad asociada a estos elementos. Las ciudades han contribuido significativamente a aumentar las condiciones sanitarias y también están profundamente vinculadas a los factores de riesgo de Enfermedades No Transmisibles antes mencionados.

En la era del cambio climático, los planificadores urbanos deben reconocer y asumir un papel en la mejora de las condiciones de vida de los habitantes de las ciudades, reconociendo que el desarrollo urbano está profundamente vinculado a la política, la economía, la gestión y la salud.

El objetivo del documento es investigar la relación entre salud pública y arquitectura, comprendiendo los beneficios que dicha sinergia puede aportar a las poblaciones y a la salud urbana. Además, profundiza sobre el papel que juegan los arquitectos y urbanistas a la hora de contribuir a superar estos retos sanitarios críticos, proponiendo estratégicas para la colaboración con el personal de salud pública.

Metodología

Este trabajo se desarrolló como una revisión de alcance, con el objetivo de profundizar en la comprensión de la relación entre la salud pública y la planificación urbana/arquitectónica.

¿Existen ejemplos de relaciones entre salud pública y arquitectura? ¿Se aborda este tema en la literatura científica? ¿Cuáles son los retos? ¿Existen áreas o retos de mejora para el futuro?

Para responder a la pregunta de investigación, se realizó una revisión bibliográfica. La cadena de búsqueda seleccionada fue la siguiente:

"arquitecto" O "urbanista" O "diseñador" Y "salud pública" O "salud mundial" O "asistencia sanitaria".

Tras la selección de títulos y resúmenes, se leyeron 40 artículos a texto completo, de los que se seleccionaron 19, que se analizaron y discutieron en profundidad según las 5 áreas temáticas siguientes:

• El impacto de los fenómenos urbanos en la salud
• Falta de formación y necesidad de intercambio curricular
• Necesidad de colaboración en la vida profesional
• Personalidades individuales que tienden puentes
• Herramientas de evaluación basadas en pruebas, como: Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), Evaluación de la Sostenibilidad (ES) o Evaluación del Impacto Sanitario (EIS).

Resultados y conclusiones

El entorno construido afecta al cambio climático y a la salud pública a través del uso de los recursos, la ubicación del emplazamiento y los espacios verdes. En los planes de estudio de arquitectura se dedica poco espacio a la salud y viceversa. Es urgente que se reconozcan los beneficios de la colaboración y el cruce entre los profesionales de la salud pública y la planificación desde el ámbito local al mundial.

La evaluación de la bibliografía sobre el tema también puso de manifiesto importantes lagunas y una agenda de investigación futura pertinente en términos de análisis, promoción y acciones. Deben adoptarse nuevas estrategias en los distintos ámbitos de la investigación, la docencia y la práctica para mejorar las sinergias y alcanzar objetivos globales.

La revisión bibliográfica realizada pone de relieve de diversas maneras que el entorno construido en el que vivimos es un importante factor determinante de la salud. Por lo tanto, la arquitectura y la planificación deberían considerarse finalmente como un instrumento para crear comunidades sanas y contribuir a abordar los nuevos retos de la salud pública a escala local y mundial. La salud pública es el resultado de diversos factores socioeconómicos, culturales y medioambientales, por lo que debería pasar de un modelo biomédico a otro socioantropológico. El cruce entre planificación y salud en los ámbitos de la educación, la investigación, la divulgación y la gobernanza es muy recomendable para futuros desarrollos.

Puedes acceder a esta investigación sobre Sinergias en diseño y salud, haciendo clic aquí.