Haciendo una breve historia sobre las catástrofes producidas en el mundo, desde la plaga de Atenas en el año 430 a. C, hasta el Covid-19 en el siglo XXI, la humanidad ha registrado una veintena de epidemias y pandemias que han puesto en jaque la supervivencia humana. De todas estas, las más depredadoras han sido, la peste negra, la viruela, la gripe española y el vih/sida. 

Desde tiempos ancestrales, antiguas sociedades creían que los dioses infligían enfermedades cuando ciertos pueblos merecían un castigo. Una creencia entendida como la ira de los dioses y que sirvió, por ejemplo, para explicar desde la mitología griega, una epidemia mortífera en el año 430 antes de Cristo.

• La Peste Negra en la Edad Media cobró la vida de 200 millones de personas.
• La viruela, tan antigua como el mesolítico, se estima cerca de 300 millones de personas, tuvo uno de sus peores brotes en la conquista de América.
• La mal llamada gripe española, viruela y sarampión, asoló a cerca de 50 millones de personas durante el fin de la Primera Guerra Mundial.
• El virus de transmisión sexual VIH/Sida ha matado entre 25 y 35 millones de personas.
• Incertidumbre ante el alcance y el impacto del Covid-19 en el mundo.

En el siglo XXI, el SARS en el sudeste asiático, el ébola en África, el MERS en Medio Oriente y la gripa AH1N1 en todo el mundo, han sido epidemias y pandemias que han puesto en jaque a la comunidad científica internacional.

La más reciente pandemia en la historia, por la que estamos atravesando, es el nuevo coronavirus Covid-19 que se originó en la ciudad china de Wuhan y que actualmente está presente en los cinco continentes.

En el pasado hubo muchas epidemias que se originaron en China o Asia y no llegaron a afectarnos. Sin embargo, y debido al lado negativo de la globalización, la última pandemia se extendió a unos 40 países al cabo de una semana.

Uno de los riesgos que debemos evitar en esta pandemia es lo sucedido con el VIH, la gripe A o el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), el cual tuvo inició en noviembre de 2002 y un año más tarde nadie lo recordaba. En este punto, la necesidad de aprender de los hechos a la hora de estar superando esta epidemia. “Siempre habrá patógenos, algunos más débiles que otros. Siempre habrá epidemias, por lo que hay que cambiar la forma de afrontarlas. Es imposible impedirlas en un mundo globalizado. Cuando aparezcan nuevas, habrá que cambiar la forma de afrontarlas y aprender de los errores que se cometan hasta ahora”.

Lo que está sucediendo, es algo natural, ha pasado, y pasará. Debemos ser conscientes de que somos vulnerables. Dos de los puntos críticos a reforzar en el futuro son la investigación, y la Infraestructura de Salud.