En la actualidad, los hospitales tienen una orientación técnica cada vez más sofisticada consecuencia de la era digital en la que vivimos. Son miles las herramientas tecnológicas que se utilizan de apoyo para mejorar la atención al paciente en un entorno seguro y agradable. Por ello la electricidad es el consumo de energía que más crece, la necesidad de una energía continua es necesaria y vital actualmente. Por esta razón el control de la electricidad va en aumento y también las inversiones en equipos que protejan y mejoren el suministro de energía. Este tipo de inversiones tienen que ser optimas, no solo considerando el equilibrio entre costes y beneficios, sino también teniendo en cuenta todos los cotes a loa largo de la vida útil de estos equipos, coste que a menuda pasa desapercibido. La eficiencia del sistema eléctrico es un parámetro clave a considerar, no solo por el coste asociado sino también por el impacto medio ambiental, que se irá convirtiendo progresivamente en una preocupación gubernamental y regulatoria. Este artículo revisa y propone una arquitectura de protección de energía que mediante el uso de las últimas tecnologías optimice y equilibre los sistemas eléctricos.

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