Diferencia entre desinfección y esterilización
Qué es la desinfección
La desinfección es un proceso, físico o químico, que trata de destruir o desactivar los diferentes microorganismos patógenos que hay en una superficie, objeto o material para impedir su multiplicación. Estos microorganismos, virus, hongos o bacterias pueden ocasionar infecciones u otros efectos nocivos para la salud humana.
Por tanto, los productos desinfectantes tienen que ser:
- Altamente bactericidas
- Puedan combatir distintos microorganismos
- Duraderos en el tiempo
- Solubles en agua
- Compatibles con otros químicos
Este proceso se realiza después del proceso de limpieza, una vez se ha retirado la materia orgánica de la superficie o espacio que se halla a desinfectar. Si no se ejecuta en este orden, la desinfección puede no resultar efectiva. Existen múltiples composiciones y productos de desinfección en función del microorganismo sobre el que se quiere actuar: viricidas, bactericidas, fungicidas, etc.
Métodos de desinfección
Los métodos de desinfección de superficies se dividen en físicos y químicos, dependiendo del espacio y el tipo de microorganismos que se quieran destruir:
Métodos físicos: utilizan variables físicas para el proceso de desinfección como la temperatura, la luz, la humedad, etc.
Métodos químicos: esta metodología es la que más se lleva a la práctica, ya que son más fáciles de aplicar. Sin embargo, a diferencia de los métodos físicos, no garantizan la eliminación al 100% de los microorganismos patógenos.
A continuación, desarrollamos tres de los métodos de desinfección más utilizados por las empresas especializadas en limpiar y desinfectar.
- Desinfección por ozono
El ozono (O3) es un gas con un alto poder oxidante que lo convierte en una solución muy eficaz y segura para la desinfección de espacios y superficies. El ozono como desinfectante se encarga de eliminar los diferentes microorganismos, virus, bacterias y hongos, por medio del proceso de oxidación. Es un procedimiento muy eficaz y sostenible, ya que, como sucede de forma natural, el ozono se descompone convirtiéndose de nuevo en oxígeno y sin dejar ningún residuo químico.
- Desinfección ultravioleta (UV)
La tecnología de desinfección por radiación UV es una de las más demandadas en el mundo para su uso en hospitales, transporte público, restaurantes, etc. Los rayos UV se utilizan en procesos de desinfección del aire y todo tipo de superficies, instrumental clínico, o procesos alimenticios.
Existen tres tipos de radiación ultravioleta:
- Tipo A (UVA): es la mayor radiación existente y comprende longitudes de onda entre 315 y 400 mm. Es capaz de penetrar la piel causando arrugas y manchas.
- Tipo B (UVB): comprendida entre longitudes de onda de 280 a 315 mm, puede originar quemaduras y dañar el ADN de la piel. Se considera que es la causante del cáncer de piel.
- Tipo C (UVC): este es el tipo de radiación con la longitud de onda más corta, de 200 a 280 mm. Se considera la más peligrosa para la salud humana, pero muy efectiva como sistema de desinfección.
Desde la llegada de la SARS-CoV-2, ha aumentado la demanda de productos con lámparas UV-C para la desinfección del aire de locales y superficies. Por ello, el Ministerio de Sanidad junto con otros organismos del Gobierno de España y Asociaciones han establecido unos requisitos de seguridad para su correcto uso.
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