¿Qué es la FSE?

La Fundació Salut Empordà (FSE, en adelante) es una entidad ubicada en la región del Alt Empordà, concretamente en la ciudad de Figueres y sus alrededores, que desempeña un papel crucial en la provisión de servicios de salud a la comunidad local.

Con un presupuesto anual que asciende a 92 millones de euros, la FSE emplea a más de 1.150 trabajadores distribuidos en diversos centros. En Figueres, la Fundación gestiona el hospital de Figueres y el Hospital de Atención Intermedia Bernat Jaume, además de una clínica que ofrece atención privada y de mutuas. En la localidad de l’Escala, la FSE gestiona un Área Básica de Salud, que comprende el CAP de l’Escala y seis dispensarios de municipios próximos a l’Escala. Adicionalmente, en Roses, dispone de un centro de rehabilitación. Recientemente, se ha inaugurado el instituto de investigación Glòria Compte, que promete avanzar en la ciencia y la tecnología aplicada a la salud.

Un día en la FSE

En cuanto a la actividad diaria, un día típico en la FSE incluye una amplia variedad de servicios de salud. En el CAP de l’Escala se realizan aproximadamente 619 visitas de atención primaria, mientras que el servicio de urgencias atiende a una media de 196 pacientes, cifra que puede aumentar hasta 320 en los meses de verano. Además, se llevan a cabo 416 consultas externas, 37 sesiones de hemodiálisis y 299 sesiones de rehabilitación. Estos números subrayan la intensa actividad y la esencial labor de la FSE en el mantenimiento de la salud y el bienestar de la población local.

Además de estas operaciones diarias, la FSE está explorando mejoras en los procesos asistenciales mediante la integración de tecnologías de inteligencia artificial. Estas iniciativas no solo buscan optimizar la eficiencia de los servicios prestados, sino también elevar la calidad del cuidado que reciben los pacientes.

Predicción de actividad en el servicio de urgencias

La predicción de actividades en el servicio de urgencias mediante inteligencia artificial representa un avance significativo en la gestión de los recursos sanitarios. Tradicionalmente, los servicios de urgencias han afrontado retos como la saturación y el caos, manejándolos de manera reactiva. En períodos de alta demanda, se buscaban soluciones improvisadas como el refuerzo del personal, la búsqueda de espacios adicionales, y la coordinación con otros servicios para acelerar el proceso de altas y admitir nuevos pacientes. Esta gestión reactiva a menudo resultaba insuficiente para manejar efectivamente situaciones de sobreocupación.

El Hospital de Figueres, ubicado en una zona transfronteriza, enfrenta desafíos adicionales que intensifican estos problemas de saturación. Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, el hospital trató a pacientes internacionales, aumentando aún más la demanda en los servicios de urgencias. Además, la ubicación del hospital en un destino turístico principal como el Empordà exacerba la variabilidad estacional de la demanda, junto con cambios sociodemográficos que resultan en una población de pacientes generalmente más frágil y en peores condiciones de salud.

Frente a un incremento anual aproximado del 3% en el número de emergencias, y complicaciones adicionales en la gestión intrahospitalaria, la Fundación Salut Empordà reconoció la necesidad de adoptar una aproximación más proactiva. En 2020, en plena pandemia, se inició un proceso de transformación digital con la incorporación de un coordinador de transformación digital. Esta medida marcó el inicio de un cambio institucional hacia la utilización de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial (IA), para mejorar la planificación y gestión de los servicios de urgencias.

Otro de los desafíos significativos enfrentados por la Fundación Salut Empordà en su servicio de urgencias es la gestión de altas hospitalarias mediante ambulancia. Los pacientes a menudo experimentan largas esperas, llegando hasta 10 horas para ser recogidos y trasladados a sus domicilios. Esta demora tiene un efecto dominó en la limpieza, la preparación y la disponibilidad de las camas, y en última instancia en el drenaje de pacientes del servicio de urgencias a las plantas de hospitalización, generando retrasos significativos y continuos en el ciclo de cuidado.

Para abordar estos desafíos operativos y mejorar la eficiencia, la Fundación inició un proceso de transformación digital a finales de 2020, coincidiendo con las exigencias impuestas por la pandemia de COVID-19. Este proceso comenzó con la incorporación de un coordinador de transformación digital, marcando el inicio de un cambio institucional hacia un enfoque más proactivo en la gestión de los servicios de salud.

La implementación de tecnologías de inteligencia artificial ha permitido a la Fundación obtener una visión más clara y en tiempo real del estado del servicio y anticipar escenarios futuros en las próximas horas, días o semanas. Esta planificación proactiva y detallada ha permitido a la institución asignar recursos de manera más eficaz y tomar decisiones que minimizan las situaciones de sobrecarga, reducen el impacto negativo sobre el personal asistencial y mejoran la seguridad y la calidad de la atención proporcionada.

Con la adopción de estas herramientas digitales, se busca no solo aliviar los problemas inmediatos relacionados con las demoras y la gestión inadecuada de recursos, sino también establecer un marco sostenible para el manejo óptimo del servicio de urgencias y otros servicios afines dentro de la Fundación.

Cambio de modelo de actuación

En el primer semestre de 2021, la Fundación Salut Empordà inició una colaboración con Amalfi Analytics, una empresa reconocida en el ámbito de la analítica avanzada. El objeto de esta colaboración fue la implementación de APIS, un programa avanzado de predicción de datos basado en algoritmos predictivos que fue adaptado y personalizado para satisfacer las necesidades específicas de la fundación.

Inicialmente, el equipo de la Fundación admitió que no comprendía completamente la tecnología o la utilidad potencial que APIS podría ofrecer en la resolución de los problemas cotidianos que enfrentaban en el servicio. Había una expectación considerable, y cierta incertidumbre, sobre cómo la inteligencia artificial y, en particular, la tecnología de machine learning podrían mejorar sus operaciones.

APIS utiliza tanto datos históricos del Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD) de los últimos siete años como datos actuales que se actualizan cada quince minutos. Este enfoque permite al sistema aprender y adaptarse continuamente según las tendencias identificadas en variables clave como la fluencia de pacientes, la ocupación de camas y las tasas de ingreso hospitalario.

Uno de los aspectos más destacados de la implementación de APIS es su capacidad para ofrecer un alto grado de fiabilidad en sus predicciones. En condiciones normales, el índice de viabilidad de las predicciones supera el 85%, proporcionando un nivel de seguridad considerable para la toma de decisiones. Este nivel de precisión ha sido fundamental para permitir decisiones informadas que reducen el riesgo, tanto económico como organizativo, para el servicio y para la entidad en general.

Después de varios meses de trabajo conjunto y una fase inicial de incertidumbre y aprendizaje, el equipo de la fundación y Amalfi Analytics pudieron concretar y visualizar los beneficios reales del programa APIS. Este cambio de modelo de actuación hacia un enfoque más predictivo y basado en datos ha marcado un punto de inflexión en la manera en que la Fundación Salut Empordà gestiona sus servicios de atención médica urgente.