Fecha: Febrero 2020
Idioma: Castellano
Procedencia: El País
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El nuevo hospital de Wuhan ha sido construido en 10 días con el objetivo de dar una respuesta rápida a la alerta sanitaria del coronavirus. Este hospital tiene una capacidad de 1.000 camas y está operado por 1.400 médicos militares, 950 de ellos procedentes de hospitales del Ejército de Liberación Popular y, los 450 restantes, de universidades de las distintas ramas de las fuerzas armadas.

Este hospital ubicado a 25 kilómetros de la zona metropolitana, en una extensión de unos 34.000 m², tiene como objetivo acoger a los afectados por el coronavirus. Pero esta no es la primera vez que China experimenta una construcción de este tipo. En 2003 se construyó en Beijing un hospital en siete días, este hospital fue clave para el control y el tratamiento del brote de la epidemia de SARS. 

Ante esta extraordinaria construcción podría parecer que este hospital se ha realizado a partir de una innovadora tecnología, pero el secreto de este hospital ha sido la tenacidad y la constancia de la construcción. Construido a partir de módulos prefabricados este hospital ha dejado sorprendido al mundo entero.  

El sistema de construcción en seco ha sido la solución para semejante reto. La velocidad contractiva ha sido posible gracias a las estructuras metálicas prefabricadas unidas a partir de tornillos. Mediante la colocación de los módulos prefabricados – fachadas y bloques interiores – que ya llegan a la obra completamente montados con ventanas e instalaciones, ha sido posible cumplir con los tiempos previstos.

Esta técnica constructiva no se aleja de lo que en un pasado conocemos como industrialización. Tras la Segunda Guerra Mundial esta técnica se utilizó para reconstruir una Europa devastada en los años sesenta y setenta. Además es un sistema común en la construcción actual de hospitales militares y de campaña ya que es una solución rápida y los elementos pueden ser transportados con facilidad.

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