Con el centro de salud de A Merca se propone recuperar la idea de arquitectura como construcción positiva de un programa en un lugar y momento determinados. Responde a las condiciones impuestas por un programa sanitario de mediana escala en un solar de difícil topografía pero con magníficas vistas. El edificio busca la zona cercana al bosque haciendo propios los modos de implantación de muchas arquitecturas pacegas y populares donde se crean ricos espacios intermedios de transición con el entorno. La secuencia de acceso, en suave rampa apoyada por pequeños muretes y olivos anuncia la relación del edifico con el lugar. El sentido de cada estancia se asocia a volúmenes diferenciados en planta y sección. El edificio se asienta con naturalidad gracias a la sección y el tratamiento de la luz, cualificando el carácter de las estancias y el funcionamiento óptimo del programa sanitario. Desde las consultas el médico disfruta de un jardín que se desliza sobre su mesa de trabajo. La espera de los pacientes es animada por la presencia del bosque y del cielo reflejado en la lamina-estanque de agua enrasada con el suelo. El punto de encuentro entre médico y paciente se ilumina por la luz cenital permitiendo vislumbrar el cielo y las copas del arbolado. Se trata por tanto de poner en valor, la piedra, el árbol, el agua, símbolos arcaicos del bosque gallego, del paisaje recuperado donde la arquitectura todavía tiene sentido.   La arquitectura sanitaria se entiende bajo la idea de umbral de lo cotidiano como marco y espejo donde hombre, usuario y naturaleza, confluyen en un ámbito de encuentro; marco por el que contemplar la naturaleza, esencia de muro y espejo donde contemplarse y diluir la presencia de la materia construida.   "muro de adobe puerta abierta al patio de suelo verde: umbral de lo cotidiano donde la ropa se seca .. pero también pórtico solemne a la vida sagrada del hombre"  

Sophia de Mello Breyner.

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