Se trata de la construcción de un nuevo edificio anexo al Museo Argentino de Ciencias Naturales en un predio que urbanamente forma parte del Parque del Centenario. Sin descuidar los aspectos funcionales y programáticos, las relaciones con el edificio actual del Museo y con el Parque condicionan fuertemente el partido arquitectónico adoptado.   Teniendo esto en cuenta, además de los desniveles existentes (3 metros), se proyectó un edificio que es prácticamente dos:   - Uno enterrado por debajo del terraplén que contiene las funciones que no deben recibir luz solar en forma directa    como el auditorio, estacionamiento, salas de máquinas, depósitos, talleres y vestuarios del personal.   - Otro elevado por sobre los 7 metros de altura que contiene las funciones que requieren de luz natural y visuales,    y que concentran a gran parte de los usuarios: biblioteca, laboratorios, administración y un piso de colecciones.      

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