Proyecto Hospital de Birmania

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En la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la salud se consagra como un derecho humano. En concreto, esto significa que todas las personas deben tener acceso a la atención sanitaria. En las sociedades occidentales industrializadas y altamente desarrolladas, esto suele ser la norma. Sin embargo, países pobres como Myanmar suelen estar aún lejos de esta realidad. Con un nuevo edificio hospitalario que transforma los métodos de construcción tradicionales en un vocabulario de diseño contemporáneo, a+r Architekten pone su granito de arena para que los habitantes de Magyizin, una remota aldea del golfo de Bengala, tengan un acceso más rápido y mejor a la atención médica. El proyecto, que actualmente también presta atención médica a los heridos en los recientes disturbios políticos, ha sido galardonado con el Premio AIT 2020.

Myanmar, antes también conocido como Birmania, es el segundo país más grande del Sudeste Asiático y tiene una población de unos 53 millones de habitantes. Tras muchos años de dictadura militar, sigue siendo uno de los países menos desarrollados del mundo. Todavía en aguas políticas muy turbulentas y a menudo azotado por catástrofes naturales como ciclones, inundaciones o terremotos, más de una cuarta parte de la población de Myanmar vive en la pobreza. La atención médica no está disponible en todo el país y los estándares son muy bajos. Por ejemplo, Myanmar tiene una tasa de mortalidad materna e infantil muy alta.

Proyectos arquitectónicos encargados por ONG

La organización no gubernamental y asociación registrada Projekt Burma e. V. se ha fijado como objetivo mejorar las condiciones de vida de las personas afectadas por la pobreza en Myanmar. "Ayudar a la gente a ayudarse a sí misma" es el lema de la asociación, que Marion Mück fundó en Filderstadt, cerca de Stuttgart, en 2009. Projekt Burma, en cooperación con socios locales, ya ha realizado varios proyectos en los ámbitos de la educación, la salud, el agua, la higiene y la prevención de catástrofes. Uno de ellos es la escuela secundaria de Thazin, inaugurada en 2014. La escuela es el primer edificio que a+r Architekten diseñó por encargo de la ONG y tuvo la oportunidad de colaborar en la ejecución in situ.

Acceso inadecuado a la atención sanitaria

En la inauguración del instituto de Thazin, el alcalde y dos miembros de la comunidad del pueblo de Magyizin se acercaron a la asociación. Habían viajado seis horas en barco pesquero para pedir ayuda personalmente. Describieron con insistencia su difícil situación en términos de atención médica. Su centro de salud estaba deteriorado y mal equipado. El hospital más cercano estaba a más de tres horas en ciclomotor, una distancia irrazonable para mujeres gravemente enfermas o embarazadas. Tras la visita sobre el terreno, la junta directiva de la asociación decidió que la construcción de un hospital debía ser el próximo proyecto conjunto.

Amplio programa de habitaciones

Tras casi cinco intensos años de planificación, recaudación de fondos, adquisición de materiales y construcción, el hospital se inauguró oficialmente en febrero de 2020. Con 20 camas, un quirófano totalmente equipado, una sala de partos y un laboratorio, ahora atiende a unas 20 comunidades y 20.000 personas como hospital central. La mayor parte del equipamiento del hospital llegó en contenedores desde Alemania por iniciativa de Projekt Burma e.V., donde había sido donado por instituciones y médicos alemanes.

Se eligió como emplazamiento para el nuevo edificio una colina en el lado del pueblo que da al mar. Gracias a su posición elevada, el edificio también sirve de refugio seguro durante tormentas tropicales y tsunamis. a+r Architekten desarrolló una casa atrio de una sola planta que sirve de edificio principal. El patio interior protegido es el corazón del edificio; es a la vez zona de estar y espacio común. A su alrededor se agrupan las habitaciones de los pacientes, las salas de tratamiento y de personal y el dispensario. Para minimizar la transmisión de enfermedades, la zona de espera está situada al aire libre. Al ala lateral lineal, con su característico tejado a un agua, se accede a través de una pérgola. Alberga un pabellón de aislamiento con habitaciones adicionales para pacientes infecciosos, cocinas -para autoservicio, algo habitual en Myanmar- junto con almacenes, lavabos e instalaciones sanitarias.

Inspirados en los métodos de construcción locales

Durante sus viajes por el país, los arquitectos estudiaron los métodos de construcción tradicionales. Al igual que con el instituto de Thazin, diseñaron el hospital según la típica "estructura de ladrillo" del país, utilizando una construcción en esqueleto con relleno de ladrillo. En el caso del hospital, el esqueleto de soporte se hizo de hormigón armado para lograr una mayor estabilidad y protegerlo de las plagas de insectos. Desde el punto de vista arquitectónico, llaman la atención los elementos móviles de sombreado y protección contra la lluvia, hechos de listones de madera, y la construcción del tejado de la casa atrio, con su tejado a dos aguas perimetral.

La combinación de ambos elementos garantiza una ventilación constante, uno de los principales problemas cuando se construye en un clima tropical. La parte inferior de la estructura del techo, hecha de cerchas de madera, se cubrió en gran parte con esteras de bambú tejidas. De este modo, el flujo de aire circula por las ventanas abiertas tras las contraventanas plegables, sube por la celosía de bambú y vuelve a salir por las rejillas de ventilación de la cumbrera del hastial. "Hay una agradable corriente de aire en todo el edificio", dice Julia Raff, la arquitecta del proyecto, explicando el sencillo pero eficaz principio básico de la ventilación cruzada. Como no hay empresas constructoras en la zona, el edificio fue levantado en gran parte por los aldeanos bajo la dirección de un carpintero.

El lugar se está desarrollando

Los aldeanos también participaron activamente en la construcción del hospital, que oficialmente se llama Proyecto del Hospital de Birmania. Por ejemplo, recogieron piedras en la playa para revestir la cuenca central del patio interior. En caso de fuertes lluvias, el agua puede drenarse de forma controlada a través de esta superficie. Dentro de unos años, un árbol joven en el centro de la cuenca proporcionará sombra adicional. Durante la construcción del nuevo hospital, el gobierno de Myanmar financió además una casa para los médicos y el personal de enfermería. Así, el pueblo de Magyizin se está convirtiendo en un centro sanitario para toda la región. Durante la pandemia de Covid-19, el hospital también se utiliza como centro oficial de cuarentena. Desde el estallido de los disturbios políticos en Myanmar, muchos heridos en las protestas, en su mayoría jóvenes, han recibido tratamiento en el Hospital de Birmania.