Roelof Mulder e Ira Koers desarrollaron una visión para el interior del hospital Dijklander en Purmerend, Países Bajos, cuyo meticuloso diseño de Jan Tennekes y cariñoso mantenimiento lo convierten en un viaje en el tiempo a través de la década de 1980. Examinaron las posibilidades de adaptar sus espacios con consideración y admiración por este joven patrimonio. La sanidad ha cambiado: más tratamientos ambulatorios en clínicas, menos hospitalización y menos pabellones con camas.

El vestíbulo central del hospital, iluminado por el cielo, se ha modificado sustancialmente. El diseño original era una espaciosa calle interior con farolas, franjas de vegetación, pabellones, un buzón y bancos. Un espacio generoso dispuesto para ir de A a B rápidamente, pero no como lugar de espera. Hoy, sin embargo, gracias a las citas digitales y las aplicaciones, la espera para una cita o un tratamiento ambulatorio ya no tiene que hacerse en la propia sala y puede tener lugar en otro lugar del edificio, un cambio que tiene consecuencias espaciales y ofrece posibilidades. Aquí, el vestíbulo central sustituye a la clásica sala de espera de un ambulatorio.

El nuevo vestíbulo conserva el recorrido claro original, pero añade atajos con varios lugares para sentarse entre exuberante vegetación. Se ha liberado espacio para ello situando la cafetería con tienda, el punto de servicio para pacientes y la peluquería en el zócalo azul de las fachadas a ambos lados del vestíbulo. La escasa vegetación original a lo largo de las fachadas se sustituyó por un frondoso follaje en parterres elevados con muros de jardín de terrazo, además de asientos de bambú entre la vegetación. La vegetación da intimidad a las habitaciones que dan al vestíbulo y ofrece a los niveles superiores una vista de la vegetación interior. Los ascensores rojos existentes se han acentuado con dos nuevas islas rojas con sofás y un piano de cola de concierto.

El nuevo jardín interior se extiende al exterior por un dique recién levantado con los mismos asientos entre la vegetación que en el interior del vestíbulo. Desde el dique, un sendero serpentea alrededor del edificio entre los espacios verdes del aparcamiento que absorben las aguas pluviales, bajo los árboles y a lo largo de los bordes de juncos del Gors. La zona exterior se hará realidad durante 2023.

Arquitectura: bureau Ira Koers & studio Roelof Mulder

Cliente: Hospital Dijklander

Diseño de instalaciones: Ton Hilhorst

Fotografía: MWA Hart Nibbrig

Constructor: Heddes Bouw&Ontwikkeling BV

Elementos de terrazo: Tomaello BV

Construcción: Swinn

Instalador/iluminación: EBD techniek BV

Paisajismo y mantenimiento: Takken BV & DonkerGroep