Una infección, un efecto no esperado de un medicamento, úlceras por estar en la cama. . . Estas son algunas de las consecuencias más comunes --y negativas-- de la asistencia sanitaria. Porque, en ocasiones, una persona que recibe tratamiento en un hospital acaba con afecciones diferentes al motivo por el que recibió el tratamiento. Se calcula que un 9,3% de los aragoneses que ingresa en un centro hospitalario sufre alguno de los llamados efectos adversos de la asistencia sanitaria. Pero los expertos tienen más en cuenta otra cifra: el 40% de ellos es evitable si se aplica el conocimiento disponible. "La medicina se ha hecho más intervencionista, cura más, pero también da más problemas. Y algunos de ellos son evitables", explica Carlos Aybar, responsable de la unidad funcional de seguridad para los pacientes ubicada en el hospital Clínico de Zaragoza, desde donde se da apoyo a todos los sectores sanitarios del Servicio Aragonés de Salud. El Estudio Nacional sobre los Efectos Adversos ligados a la Hospitalización (ENEAS), realizado en el año 2005 en España, marcó un antes y un después en la estrategia para garantizar la seguridad de los pacientes y, de hecho, este asunto se convirtió en una de las directrices del Plan de Calidad del Sistema Nacional de Salud. De hecho, la Consejería de Salud y el Ministerio de Sanidad acaban de rubricar un convenio para el impulso de prácticas seguras en los centros sanitarios que incluye varias acciones concretas: prevención de las complicaciones de la anestesia y la cirugía, los de la medicación, las infecciones nosocomiales y las úlceras por presión; fomentar las prácticas seguras en la atención materno-infantil; y promoción de sistemas que permitan conocer los efectos adversos ocasionados en los centros asistenciales. Y, para ello, se da cobertura a diferentes grupos de trabajo que aplican alguna de estas actuaciones en diferentes hospitales aragoneses. El objetivo es reducir ese 9% de pacientes que sufren estos problem
El 40% de los efectos adversos es evitable si se aplica el conocimiento disponible. Un convenio entre Salud y el Ministerio de Sanidad promueve las prácticas seguras.
as y que, además, tiene un perfil muy definido. Por ejemplo, una persona mayor de 65 años con factores de riesgo tiene 2,5 veces más riesgo que los menores de esta edad. Afortunadamente, casi la mitad (45%) de los pacientes que padecen efectos adversos fueron calificados como leves y el 39%, como moderado. Solo un 16% se tachó de efecto grave. Sin embargo, los efectos adversos tienen una consecuencia muy clara en el sistema sanitario: en el 31% de los casos se incrementó la estancia hospitalaria y en un 24% provocó un ingreso extra. De hecho, se estima que los efectos adversos ocasionan una media de 6 días más de ingreso, de los cuales 2,2 son evitables. Por este motivo, la unidad dirigida por Aybar y la Dirección General de Atención al Usuario tienen como prioridad promover las prácticas seguras, involucrando incluso al propio paciente para que se convierta "en un aliado". (EL Periódico)