A pesar de cumplir la normativa, en los hospitales daneses no se consiguen entornos sonoros satisfactorios
Recomendamos a los usuarios de Hospitecnia esta imprescindible presentación sobre entornos sonoros satisfactorios titulada "Una evaluación holística del entorno sonoro en los hospitales" de Hannah C. W. Jakobsen (Ramboll Dinamarca) durante el Seminario Internacional de Acústica Ecophon 2023.
Ambientes sonoros satisfactorios
La presentación resumió un estudio del entorno acústico en cuatro salas de hospitales daneses: tres unidades de cuidados intensivos y una unidad de urgencias neurológicas.
La investigación tenía un enfoque etnográfico holístico y deparó algunas sorpresas. Una de ellas fue que, aunque se cumplían los requisitos establecidos en la normativa danesa sobre construcción, no se lograban entornos sonoros satisfactorios. Las mediciones de ruido realizadas mostraron que tanto los pacientes como el personal estaban expuestos a altos niveles de ruido.
Impacto del ruido
Varios estudios destacan el impacto negativo que tiene el ruido en los pacientes hospitalizados. Entre los beneficios de un buen entorno acústico figuran una menor tasa de rehospitalización, un tiempo de recuperación más rápido. También disminuye la presión arterial y la frecuencia cardiaca, e incluso el uso adicional de betabloqueantes. Aparte del impacto en los pacientes, el ruido en los hospitales influye en el bienestar y el rendimiento del personal. Afecta negativamente a la aparición de errores, al nivel de estrés y a la satisfacción general en el trabajo.
Diferencias entre países
A diferencia de algunos países europeos, los Países Bajos son de los que tienen una normativa estricta sobre el ruido en los entornos de trabajo, incluidos los hospitales. Estas normativas exigen que el tiempo de reverberación en las habitaciones de los pabellones y en las salas de exploración y tratamiento sea inferior a 0,6s a 125-2000Hz. Lo mismo se aplica a las oficinas con un máximo de 4 ocupantes y a las salas de reuniones.
La Autoridad Danesa del Entorno de Trabajo exige que el nivel de ruido (LAeq) sea inferior a 40-45 dB cuando se necesite concentración y una comunicación clara. Recomendaciones similares de la Organización Mundial de la Salud (OMS) exigen que el nivel de ruido no supere los 30 dB durante el día y la tarde (16h) cuando los pacientes permanecen durante periodos prolongados. Y por la noche (8h) un máximo de 40 dB para el evento sonoro en interiores.
¿Basta con la normativa?
El estudio realizado por Hannah concluye que incluso disponer de legislación y respetarla en la práctica no basta necesariamente para crear entornos satisfactorios que faciliten la recuperación de los pacientes.
El estudio del entorno sonoro se llevó a cabo utilizando parámetros medidos y objetivos junto con observaciones, apoyadas por entrevistas informales y cuestionarios cumplimentados por el personal, para obtener una visión holística de los entornos sonoros de las unidades hospitalarias danesas. Las entrevistas informales revelaron que más de la mitad del personal se había sentido molesto por el ruido en su unidad en los últimos 6 meses en mayor o menor medida.
Alrededor del 61% de los entrevistados se quejaron de que el ruido afectaba en cierta o gran medida a su capacidad de concentración. Mientras que un porcentaje similar (62%) cree que el ruido repercute negativamente en el nivel de estrés en el trabajo en la misma escala. Los teléfonos que suenan y las puertas que se abren y cierran son las fuentes de ruido más molestas para el personal. Cuando se les preguntó por el impacto del ruido en los pacientes, más de dos tercios del personal creían que tiene algún o gran impacto en su recuperación.
Por último, los resultados del estudio se han comparado con las conclusiones de los estudios etnográficos realizados en cada unidad para determinar recomendaciones relativas al diseño acústico de futuras unidades hospitalarias tanto para arquitectos como para ingenieros acústicos y legisladores.
Satisfacción de los entornos acústicos en la fase de diseño
Aunque siempre hay margen para mejorar la normativa, debe considerarse la participación temprana de ingenieros acústicos en la fase de diseño. Así se evitará que las decisiones de diseño vayan en contra de un buen entorno acústico. Para aprovechar las mejores prácticas y las lecciones aprendidas, debería utilizarse una amplia gama de métodos. Evaluar los paisajes sonoros de las unidades actuales y comparar las distintas unidades.
El papel del arquitecto es esencial en el proceso. Deben tener en cuenta la acústica y el comportamiento en el lugar de trabajo que repercutirán en el entorno sonoro. Preferiblemente al principio de la fase de diseño. Y, sobre todo, al planificar la distribución de la unidad y asignar las funciones de la sala. Por último, los legisladores deberían tener en cuenta en la normativa las funciones de las salas en las instalaciones hospitalarias. La colaboración es beneficiosa para crear mejores entornos sonoros en hospitales y unidades de cuidados intensivos que contribuyan a una recuperación más rápida.
Puedes encontrar el Abstract de esta presentación haciendo clic aquí.
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