La UCI del futuro
El pasado 3 de agosto la empresa de soluciones de iluminación Signify (nuevo nombre de Phillips Lighting) publicó el webinar Diseñando para la sostenibilidad, la salud y el bienestar. En él, John Fraser (fundador y director del equipo de investigación Critical Care Research) y Oystein Tronstad (director del proyecto «La UCI del futuro») exponían los resultados de su investigación sobre las posibilidades de rediseño de las unidades de cuidados intensivos. El proyecto resulta relevante porque propone soluciones específicas que podrían mejorar la experiencia de pacientes y trabajadores, y porque actualmente ya se están evaluando los resultados de su implementación.
Retos para la industria hospitalaria
En los próximos años los servicios de atención hospitalaria del mundo deberán hacer frente a un aumento significativo de pacientes debido a la emergencia climática y sus consecuencias, y al envejecimiento de la población global. Además, deberán hacerlo con menos recursos humanos y materiales (se espera que para 2030 haya un déficit de 10 millones de trabajadores de la salud), y con una infraestructura desactualizada y maquinaria anticuada que fue utilizada muy por encima de sus capacidades durante los años de pandemia.
En este contexto, un equipo internacional y multidisciplinar dirigido por el fisioterapeuta O. Tronstad busca transformar el cuidado de pacientes en estado crítico mediante la investigación y la transformación del espacio donde ocurre su tratamiento y recuperación: las unidades de cuidados intensivos.
La UCI de hoy
La investigación empezó por entender cómo se sienten los pacientes durante y después de su paso por la UCI del Hospital Prince Charles en Chermside, Australia.
A pesar de que más del 90% de los pacientes que pasan por la UCI sobreviven, cerca del 80% sufren delirios durante su estancia. Si un paciente sufre de esta disfunción cerebral reversible, aumentarán las probabilidades de que fallezca en la UCI, de que experimente síndrome de estrés post traumático y de que necesite respiración asistida por más tiempo.
El estado de los pacientes afecta directamente a los trabajadores de la salud, y casi todos confiesan haber sufrido violencia o abusos en alguna ocasión. No sorprende entonces que dos tercios de los enfermeros de UCI entrevistados expresaran querer dejar su puesto de trabajo en 2 o 3 años.
Si bien las probabilidades de que un paciente sufra delirios en la UCI dependen en parte de circunstancias no modificables, como la edad del paciente o enfermedades previas, el ambiente en el que se encuentre también juega un papel fundamental. Así, la investigación del equipo consiste en determinar cómo diseñar una UCI que ayude a que los pacientes se recuperen antes y mejor, y sin sufrir delirios durante su estancia.
Ruido y luz
Los niveles de ruido en las UCI son elevados: el equipo determinó que de media los dispositivos médicos emiten algún sonido cada 88 segundos, día y noche, y que de esos ruidos solo el 5% son indispensables. A pesar de que las señales sonoras son vitales para avisar a los trabajadores, los equipos que los producen siempre se encuentran mucho más cerca del paciente que de los enfermeros.
Por otro lado, de media los pacientes en cuidados intensivos duermen entre 3 y 5 horas por noche, y no suelen dormir más de 10 minutos seguidos. La iluminación de la UCI del estudio es mejorable: durante el día no hay suficiente luz para leer, y de noche hay demasiada para poder dormir. Reconocer la importancia de la luz para regular los ritmos circadianos fue parte crucial de la investigación, y juega un rol principal en el diseño de la UCI del futuro.
La UCI del futuro
Tras generar espacios de diálogo y trabajo entre pacientes, trabajadores y constructores, el equipo diseñó e implementó dos espacios en la UCI del Hospital Prince Charles. El espacio final incorporó ventanas digitales que simulaban paisajes, iluminación circadiana en los techos, un diseño arquitectónico que busca conseguir un efecto «menos clínico», alarmas silenciosas, paneles acústicos antibacterianos, y otras soluciones vanguardistas que consiguieron aumentar el confort de los pacientes. También se llevaron a cabo algunas operaciones relativamente sencillas: desplazar unos pocos centímetros los monitores consiguió disminuir el ruido que sentían los pacientes en un 50%.
Resultados
El proyecto empleó distintas soluciones de la marca Signify para cumplir con los requisitos de iluminación, y los resultados aún están siendo evaluados por el propio equipo de investigación y la Universidad de Tecnología de Queensland. Esperan mejorar la satisfacción de pacientes, familiares y trabajadores, y cuantificar una disminución de los tiempos de recuperación de los usuarios.
Según el líder del equipo, si el proyecto consigue reducir las tasas de delirio en pacientes en al menos un 10% y acortar su estancia, los beneficios para la sociedad y para el hospital superarían con creces el costo de la implementación de estas soluciones a corto plazo. en equipos electrónicos.
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